Tiene que ser muy duro para los socialistas descubrir que los que en principio son sus socios prioritarios han establecido un cordón sanitario en torno a Illa que, de facto, lo deja fuera de cualquier gobierno catalán. Es cierto que ellos lo habían hecho antes con el PP, pero no duele lo mismo cuando lo haces tú que cuando te lo hacen a ti. Illa y el PSOE saben ahora que los secesionistas tienen intención de seguir haciendo lo mismo que hasta ahora y que su apoyo a los presupuestos o a la propia investidura de Sánchez no fue más que una patada a seguir, el modo de evitar que España siguiera instaurada en la ingobernabilidad. El próximo domingo, cualquier catalán que opte por un voto hacia el indepedentismo puede coger cualquier papeleta. El acuerdo secreto hecho público ayer provoca que coja la papeleta que coja, estará votando por un Gobierno de coalición formado por secesionistas. Sánchez e Illa nos vendieron la idea de volver a llevar a Cataluña a la moderación. Veremos ahora, si dan los números, lo que hacen los socialistas. Cuesta imaginarlos coaligados con PP, Cs y Vox, por mucho que eso sería lo mejor para este país.