En los últimos años, la ciudad de A Coruña ha conseguido mantener su población a pesar de su escaso crecimiento vegetativo gracias a la inmigración. Eso ha provocado que en diez años, la población inmigrante haya pasado de ser el 9,7% del total a más del 13,3%, según los últimos datos del Instituto Gallego de Estadística (IGE), recogidos a fecha de enero del año pasado. Es decir, que de los 247.604 habitantes que albergaba entonces la ciudad, 33.003 eran inmigrantes.
Es decir, que en una década la población inmigrante ha crecido un 28%. No es un fenómeno propio de A Coruña: en todas las grandes ciudades gallegas se ha visto un aumento semejante de la población inmigrante, aunque en Ferrol no ha sido suficiente como para detener el descenso de población que ha sufrido en la última década, o en Vigo, donde la población se ha estancado entorno a los 296.692 habitantes.
De Sudamérica
La mayor parte de este aporte poblacional proviene de Sudamérica, aunque de una forma muy desigual: la mayoría son colombianos y los venezolanos, que además han experimentado un enorme crecimiento entre 2019 y 2020: en el caso de los colombianos, eran solo 972 los residentes en A Coruña en 2019, y pasaron a s ser 1.363 el año pasado, lo que implica un crecimiento del 44% en solo un año. Más espectacular aún es el incremento de la diáspora venezolana que huye de un país devastado e inestable
En efecto: la presencia de los venezolanos se había mantenido estable en poco más de 400 miembros hasta 2016, pero a partir de ese año, la diáspora creció espectacularmente, a un ritmo de más de un 35% cada año, hasta situarse, en enero del año pasado, en 2.117 miembros.
En total, y según IGE, de América del Sur provienen 8.500 de los habitantes de A Coruña, mientras que de la Unión Europea, son 2.914, l a mayor parte italianos (776), seguidos de rumanos (610) y portugueses (586). De África proceden 1.920 personas, la gran mayoría (927) de Senegal, mientras que de Asía son 927, más de la mitad, chinos.