HASTA SIEMPRE MADIBA

Ha pasado casi una semana de la muerte de Nelson Mandela, y los ecos de su vida no han parado de resonar en todo el mundo. El acto de mañana domingo cerrará de una manera formal el duelo pero no se apagará ni su compromiso, ni su lucha denodada por la igualdad, un verdadero héroe de los derechos humanos que fue reconocido con el Premio Nóbel de la Paz en 1993. Aunque realmente a este hombre que conoció la pobreza, se fajó contra el racismo y  curtido en la cárcel de Robben Islan 27 años. Lo que mas le habrá reconfortado fue la calurosa despedida de su pueblo, mezcla de llanto y alegría. Un año más tarde de recoger el Nóbel, el que fuera el preso Nº 46664 fue elegido Presidente de Sudáfrica logrando la reconciliación entre negros y blancos.
De la figura del gran Madiba se ha dicho casi todo, el reconocimiento por su indiscutible liderazgo, coherencia, pragmatismo, tesón y claridad en sus objetivos. Seguro que en el funeral de estado celebrado en el estadio Soccer City de Johannesburgo con la presencia de los lideres mundiales. Todavía se escucharía el eco de las palabras de su toma de posesión como Presidente de Sudáfrica “nunca, nunca, nunca jamás volverá a experimentar esta hermosa tierra la opresión de uno a manos de otro”. Solo queda decir que así sea. Algunos acudieron por convicción y otros llenos de hipocresía para evitar ser señalados. Sin duda palabras con mucho más valor, que la ilusión de estar donde España ganó el mundial de fútbol, que fue un éxito, pero jamás  comparar.
El domingo Mandela  será enterrado en Qunu su pueblo natal, descansará con los suyos, desaparece la persona pero queda su legado. Los que lucharon por conseguirlo tienen que mantener su memoria y la juventud que ya nació en democracia debe empezar a liderarlo con sus valores. África necesita que esa inmensa  experiencia de reconciliación y desarrollo se consolide en Sudáfrica y se multiplique en el resto del continente; con la lucha contra la pobreza, la corrupción y la violencia contra mujeres y niños que destroza sus vidas. Para ello deben aplicar un principio indiscutible que el líder sudafricano destacó: “la educación es el arma más poderosa que podemos tener para cambiar el mundo”. El sueño de la igualdad empieza con la educación.

HASTA SIEMPRE MADIBA

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