La ora, los monopolios y smart city

H ace 10 años salió al mercado el primer iPhone. Su conectividad a internet, aplicaciones exclusivas y una usabilidad de otro planeta lograron que a partir de entonces los móviles fuesen “inteligentes”, antes “solo” servían para llamar. En esta década los avances en tecnología móvil provocaron cambios tectónicos en la sociedad y los que quedan por venir. La Ley Moore, ya desde 1965, dicta que la velocidad de procesamiento se duplica cada aproximadamente dos años, todo más rápido y más pequeño, perfecto para estos dispositivos.
Y tanto avance hace al ciudadano más dependiente del móvil, incluso auspiciado desde lo público. La UE dedica miles de millones a los llamados proyectos Smart City fomentando el desarrollo de tecnologías móviles en clave urbana. Aplicaciones como el seguimiento de los buses, el control de la calidad del aire, trámites administrativos, los riegos de jardines controlados desde el smartphone del alcalde... Un sin fin de apps y sensores que conforman parte del llamado “internet de las cosas” y que gestionado inteligentemente permiten administrar mejor la ciudad, de ahí lo de Smart City. A Coruña, en su día, presumió de una aplicación para pagar la ORA desde el móvil, “e-park”. La desarrolló una empresa que paradójicamente en su día reclamó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que querían ofrecer su app de pago para estos servicios públicos, denunciando como monopolio el status existente. Y le dieron la razón. Y por la calidad de su app y lo fácil que es de usar la empresa concesionaria de la ORA la incorporó en su oferta ganadora del concurso como una mejora gratuita al pago desde las máquinas en calle. Todo muy smart city. Pero ay, ahora que es la única empresa que presta el servicio del pago por móvil quiere ejercer de monopolio y pretende aplicar una subida abusiva del 10% al ciudadano, que, por más que la disfrace, no deja de ser un incremento de un precio público, ya que esa app solo vale para pagar la ORA. Así de simple. Siguieron la estrategia de los Amazon y Alibabá de turno, que nos tienen anestesiados: primero lo hago todo gratis y cuando os tenga enganchados y sin alternativa ya os crujiré. Un principio económico antiguo.
Pero es precisamente otro principio económico, el de la libre competencia, el que permitiría desarrollar una app municipal para pagar la ORA. Tenemos la oportunidad de desarrollarla desde el Ayuntamiento. Incluso que sirva no solo para la ORA, también para el bus o los museos, entre otros servicios públicos y así poder mandar a “freír espárragos” a los actuales. Es muy simple, para esto contarían con los socialistas. Hay muchos emprendedores digitales en la ciudad capaces de hacerlo. Así se hace ciudad, fomentando el talento local, eso sí es Smart Coruña.
Al final, el Gobierno Municipal, después de los titubeos iniciales a los que nos tiene acostumbrados y arengado por ciudadanos y oposición, tiró de los servicios jurídicos (muy ocupados últimamente midiendo pisos vs oficinas) para frenar lo que, a todas luces, es una subida ilegal, por encubierta y abusiva, de un precio público, ya que desde “e-park” solo se puede hacer una cosa: pagar la ORA.

La ora, los monopolios y smart city

Te puede interesar