Ya saben que los socialistas hemos facilitado la aprobación de los presupuestos para el 2018. Decidimos poner por delante de intereses partidistas y tácticas electorales la ciudad y hacer del instrumento que aplica los impuestos que pagamos algo útil.
Como contrapartida de nuestro apoyo incluimos becas para el empleo y la excelencia cultural, mantuvimos todos los convenios con las entidades sociales, vecinales, deportivas, educativas y culturales, ya blindados en el 2017, añadimos mejoras en barrios por importe de 2 millones e incorporamos algún programa nuevo, especialmente del ámbito de la cultura, la igualdad y la participación. Lo prioritario era que la ciudad dispusiera de presupuesto en fecha. Aunque la verdad ni con alfombra roja fueron capaces de llegar, pero al menos en febrero, esta vez sí, la ciudad podrá tener su presupuesto aprobado.
A partir de ahí empieza la capacidad de gestión de cada cual. Sobre la gestión de Marea no hay espacio en El Ideal Gallego dominical para explicarles como de mal lo están haciendo. A modo de ejemplo unas pinceladas. En Medio Ambiente no tenemos contratos de recogida de basuras, de limpieza de calles, ni de contenedores, la concesionaria de la planta de Nostián se quiere marchar antes de finalizar la concesión y las empresas del cuidado de parques y jardines no están nada de acuerdo con cómo les asignaron el contrato los responsables de Marea. Todo esto solo en una concejalía, que eso sí, está muy muy preocupada por los biotopos y el arraigo de matojos en escalinatas. En Movilidad empiezan a ser leyenda, han convertido en paradigma el nombre de la concejalía y no hacen nada de nada, pero pasean. Llevan estudiando dos años y medio con detalle microscópico las líneas de autobuses. Y ahora parece que hasta se atreverán con el pintado de un carril bici. Eso sí, para no ser menos en los fregados, le dijeron a la concesionaria de los buses que su contrato vencía cinco años antes de lo que pensaban.
En Servicios Sociales ya es de traca maraca. Nada más y nada menos que le han dado a una empresa privada la gestión del primer albergue de baja exigencia para “sin techo” de la ciudad. Así como quien no quiere la cosa han mercantilizado la gestión social más delicada y una empresa se lucrará de ello. Luego se rasgarán las vestiduras en campaña electoral con las privatizaciones, menudo cinismo. Como lo del grito de la banca ética, fue pisar moqueta y “sus principios” pasaron al final. Desde luego intentaremos que rectifiquen, porque es algo intolerable.
Pero suma y sigue, con la Policía Municipal hay serias discrepancias salariales y de reconocimiento de categorías, al concesionario del Monte de San Pedro le reclaman cantidades astronómicas, el concesionario de las bibliotecas municipales renunció a seguir llevándolas, el de los museos científicos ya no sabe qué hacer con el contrato, el mantenimiento de los 26 colegios públicos de la ciudad tiene contento al personal... Ya ni les menciono las relaciones con Puerto, Xunta o Estado, eso es otro cantar. Pero bueno, ahora por lo menos tienen presupuesto.