Hace algunos días el presidente Rajoy afirmaba que todo era mentira, excepto algunas cosas. Ahora dice que todo va bien y que ya se ve la luz al final del túnel, la verdad es que en una y otra ocasión, más que con gafas de sol, lo ha dicho con un tupido antifaz y como siempre de carrerilla, sin dar lugar a preguntas que hagan tambalear la respuesta. Los datos de la última EPA han sido demoledores, la reforma laboral no solo no ha creado empleos, sino que los ha destruido y la población que lo busca se ha desplomado totalmente. Unos se rinden, otros emigran, entre ellos la juventud, con lo que se está perdiendo la fuerza laboral con más energía y formación del país. Y además la tremenda precariedad en los contratos tanto por la temporalidad como por la cuantía de los salarios, hace inviable cualquier opción de vida digna y estable. De la referida encuesta, hay un dato demoledor, los hogares con todos sus miembros desempleados asciende ya a 1.832.000 personas. Pero afirman que la reforma laboral va bien, aunque el éxito no repercuta en los trabajadores. Si añadimos el dato publicado en un estudio de Save the children, referido a la población infantil española, en el que se afirma que 2.800.000 niños, casi un 34% de la población infantil viven en riesgo de pobreza o exclusión social, con carencias básicas de alimentación, vestido y educación. Es para preguntar, si alguien está preocupado por la vida de los ya nacidos. Todas las medidas que están adoptando son para acercarnos al precipicio, pero lo más sangrante es que la medida estrella del consejo de ministros para reactivar la economía, ha sido la de bajar el IVA de las obras de arte del 21 al 10%. Vamos que la gente ha salido enloquecida a la calle para acaparar cuadros de Miró, de Dalí, y si se tercia hasta un Greco. Si es que el dinero parado no vale nada y si es opaco menos. Un agravio que solo beneficia a una pequeña elite, y en cambio abrasan a la mayoría gravando con un IVA insoportable los productos de primera necesidad. Pues ahí siguen tranquilamente en el tren, por un túnel infinito, camino a ninguna parte, claro que unos tienen luz y otros ni pueden pagarla.