Provengo de una familia de médicos vocacionales desde mi abuelo, padre, tíos y primos. Todos varones. Ni una sola mujer. Hoy, aunque a muchos miles de kilómetros de distancia, la infinita capacidad de cambio del ser humano hace posible que esa ecuación que parecía inmutable se dé la vuelta.
En Galicia las estadísticas de los Colegios de Médicos indican que por primera vez en la historia haya más mujeres que hombres ejerciendo el loable oficio de médico. No es este un frío dato más de los índices de igualdad. Es una cifra con un profundo valor simbólico. El médico ha sido siempre una profesión con un poder inusual en todas las culturas y -a pesar de que el mundo ha avanzado mucho y de que somos más dependientes de la maquinaria tecnológica sanitaria y de los fármacos- estos profesionales siguen ejerciendo un poder más allá de sus capacidades curativas.
Por ello el hecho de que en la actualidad sean más las mujeres que hombre las que ejercen la medicina en Galicia equivale a que ellas también han ganado una parcela más de poder. Dicho esto sin intención de plantear la necesidad de igualdad como una batalla por el poder, sino como un reparto equitativo. De los 13.792 facultativos que ejercen en Galicia, 6.923 son mujeres y 6.869 hombres. Unas cifras importantes si tenemos en cuenta que las mujeres llegaron a la Universidad de Santiago en el último tramo del siglo XIX. La primera mujer que pisó la USC fue Manuela Barreiro en el año 1896, la USC se había fundado en 1495. Digamos que los señores llevaban ya unos siglos de ventaja.
Tuvo que pedir un permiso especial para acceder a la Facultad de Farmacia, al igual que todas las señoritas de la época que tuvieron la indecente ocurrencia de matricularse en estudios universitarios. Cuentan los historiadores que las chicas tenían prohibido pasear por los pasillos. Tampoco les era permitido sentarse junto a los varones. Debían estar siempre cerca del profesor. Hubo que esperar que se estrenara el siglo XX, el 8 de marzo de 1910, para que se reconociera el derecho de las mujeres a realizar estudios universitarios. A partir de entonces las cosas empezaron a cambiar, en algunas carreras más que en otras, indudablemente.
En la actualidad las alumnas representan el 55% del estudiantado universitario. Y un récord del cual Galicia puede jactarse, ahora que las mujeres estamos tan de moda... La comunidad gallega siempre estuvo a la cabeza en número de mujeres cursando estudios superiores. Y lo sigue estando. Hace tiempo que en primero de medicina en la USC entran más mujeres que hombres, parece por tanto lógico que las estadísticas de los Colegios Médicos vayan en ese sentido.
¿Cabe echar las campanas al vuelo? No diría yo tanto. Podemos decir que esta paridad es positiva y un ejemplo a seguir. Pero lo cierto es que, volviendo a las cifras, hay dos que son dolorosas y que hacen sombra a todo el resto: la Facultad de Medicina de la USC tiene 370 años… Nunca ha habido una decana. La USC tiene 523 años… Jamás ha habido una rectora... Sobran más comentarios.