La mañana a acompañó y lució el sol en A Coruña. Cuando en esta ciudad, donde nadie es forastero, el cielo se tiñe de azul y las temperaturas se suavizan, todo huele a nuevo, a comienzos, a ilusión. La cita era en el parque de Santa Margarita, donde pasé buena parte de las tardes y festivos de mi infancia. Es mi barrio, como también lo es de muchos coruñeses y coruñesas, pero es también la sede del primer Museo Científico de A Coruña. Cuando la Casa de las Ciencias abrió sus puertas en 1983 supuso toda una revolución para una ciudad que despertaba entonces del letargo preconstitucional para convertirse en la ciudad más cosmopolita, abierta, moderna y cercana de Galicia. 28 años de gobiernos socialistas transformaron A Coruña en esa ciudad donde cada barrio tenía un centro cívico, una biblioteca, un parque, un desfile de pequeño comercio próspero y una (o una docena) de paradas de autobús que permitían a sus vecinos tener el otro extremo de la urbe mucho más cerca. Así que sí, el escenario elegido no era casual.
Porque las imágenes, los símbolos, importan. Hay quien dice que importan incluso más que las palabras, aunque yo creo que poco son la una sin la otra. Por eso hoy vengo a hablarles de esa imagen, sí, pero también de las miles de palabras que la condensan, la definen y la hacen ser.
La fotografía pueden encontrarla hoy entre las páginas de este diario, no tienen que ir muy lejos. Una imagen llena de ilusión, pero también de talento, de confianza, de seguridad, de capacidad, de experiencia, de juventud y de buenas ideas. Un grupo de mujeres y hombres capaces de darlo todo por y para que A Coruña recupere ese empuje que la convirtió en la ciudad donde todos queríamos vivir.
Los días previos a esta imagen han venido acompañados de muchas palabras. Porque hablar, discutir, dialogar, es lo más importante para aquellos que creemos en la democracia, en el valor de las ideas y en la importancia de escuchar todas las alternativas y propuestas. Los socialistas somos así, no tenemos miedo al debate. Miedo hay que tenerles a los ríos calmados cuyos rápidos imprevistos se llevan por delante la ciudad, o a las charcas estancas donde el agua pasa de fresca y brillante y putrefacta a base de no moverse. A los ríos con ruido no hay que temerles, sus aguas son salubres, reverdecen las orillas a su paso y permiten la pesca, la diversión y hasta el deporte. De esas palabras nace esta foto. La foto del que será el próximo gobierno municipal de A Coruña. Porque si hay algo más importante que las imágenes o que cualquier palabra, son los hechos. Y nosotros, los socialistas, somos gente de acción. No piensen que este retrato es el final de un camino. Nada más lejos. Es el comienzo del trabajo, del esfuerzo más gratificante de todos: recuperar el orgullo de sentirnos coruñeses. Y lo haremos juntos, todos nosotros. Los 27 de esta foto, los cientos que están en la detrás, trabajando sin descanso, y los miles de coruñeses y coruñesas que pelean cada día para transformar A Coruña en la ciudad que merecemos, la ciudad donde las palabras son hechos, y las fotografías reflejan esa capital luminosa que vivimos. Incluso cuando el cielo no se anime a clarear.