Otro chasqueo vesánico

Alguien muy querido y que perdona todas mis impertinencias y desplantes,en nombre propio y de los suyos, me ha regalado un libro descifrador e interesante desde su título en números arábigos –“4.3.2.1.”– hasta el texto que enlaza la saga del personaje central –Ferguson– proyectada desde distintas salidas vitales y opciones que la llevarán a interpretar roles diversos: amores, amistades, familias, creencias, ideario político, artísticas, literarias y muertes como escenas teatrales al ser vicio de la comunidad.
Entre telones y decorados, bambalinas y luces, música y sonido turbador sarcástico –a veces cruel y deprimente– se desarrolla la mitad del siglo XX de Estados Unidos cogidos de la mano. Su autor es Paul Auster. Escritor, traductor, cineasta. Y vena poética que enhebra su visión cosmopolita que le ha lanzado a conseguir mil premios. Entre ellos –¡casi nada!– el Príncipe de Asturias de las Letras.
Un mamotreto que pesa tanto –mil páginas de texto apretado–que conviene leerlo sobre una mesa. A partir del nacimiento del protagonista en Newark, Nueva Jersey, el 3 de marzo de 1947, todas son preguntas sin réplicas. Vale como fresco de una generación universal que analiza los límites del destino y la fuerza de nuestras decisiones... Pero la panorámica de esta obra ayuda a comprender a compatriotas incomprensibles.
Así ese loco vesánico Nicolás Cruz, exalumno del instituto Marjoy Stoneman Douglas que, con un fusil de asalto, disparó con chasqueo satánico asesinando a 17 personas. Nos retrotrae a Kafka, a los homicidas epilépticos de Dostowiesqui, a Lombroso y sus locos morales. Tan solo desde semejante otero, que domina la llanura de lo normal, podremos comprender el afán de los hijos del Tío Sam por llamar la atención desbordando el terror más absoluto, aceptar la masonería como regla de conducta moral o su “idealismo” de ofrendarse salvadores de múltiples mundos que, una vez rescatados, pasan a odiarlos...

Otro chasqueo vesánico

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