El ataque contra Charlie Hebdo

El brutal atentado terrorista acometido contra el semanario francés Charlie Hebdo ha encendido todas las alarmas. El integrismo islámico es un grave problema, no solo donde el Estado Islámico es más fuerte, en territorios de Irak y Siria. Es un riesgo también en Europa, donde los islamistas han sido capaces de reclutar para su causa a yihadistas que habitan entre nosotros, en la Vieja Europa.
Mantienen una cruzada en defensa de sus intransigentes creencias religiosas, que anteponen por encima de cualquier cuestión, incluso por encima de la propia vida, como demuestran cada vez que actúan de forma violenta y sanguinaria. Es una guerra de religión, con la única intención de agrupar en un único califato todos los territorios musulmanes. Desde Irak a Siria.
Es, sin lugar a ninguna duda, la principal amenaza del orden internacional. Y así lo han demostrado esta semana, asesinando a sangre fría a doce personas en un asalto a la redacción de Charlie Hebdo. Constituya una amenaza cierta para Europa. Prueba de ello es que todos los países del entorno han elevado sus niveles de alerta terrorista.
Y, pese a todo, ya hay quien ha intentado, de forma lamentable, arrimar el ascua a su sardina y justificar la violencia del terrorismo islámico con la participación de Estados Unidos en la guerra de Irak.
Habría que preguntarse, serenamente, cuál habría sido la alternativa, qué habría pasado si no se hubiese intervenido, viendo la brutalidad del ejército del Estado Islámico, heredero de Al Qaeda, al asesinar a miles de sirios e iraquíes inocentes de la forma más ruin y violenta. Es terrorismo y barbarie, y no caben explicaciones ni justificaciones de ningún tipo.
No hay argumentos, ni posibles ni válidos. Solo cabe la condena más unánime y firme. Sin fisuras. Porque lo contrario es socavar los cimientos de la democracia, en la que se asientan regímenes imperfectos y muy mejorables, por supuesto, pero donde se respetan los derechos humanos y valores y principios democráticos como la libertad y la igualdad. Frente al terrorismo solo cabe actuar con firmeza, y mostrar nuestro respeto y nuestra total solidaridad con las víctimas y sus familias.

El ataque contra Charlie Hebdo

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