El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Movilidad, pretende instalar varios puntos de control en la Ciudad Vieja empleando cámaras para regular el acceso de vehículos al casco histórico antes de que acabe el año. No está de más recordar que el 25 de junio se cumplirán tres años desde la peatonalización de este barrio, que culminó con la prohibición de entrar en él a cualquier vehículo no autorizado.
Son estos precisamente los que han denunciado repetidamente a lo largo de estos más de dos años que las restricciones no se cumplían como es debido. Desde el Ayuntamiento sostienen que los vecinos “no ven un exceso de intromisión preocupante” pero consideran apropiado instalar vigilancia telemática, sobre todo en la zona superior de la Ciudad Vieja, por la Puerta de Aires, donde los vehículos bajan por la calle de Nuestra Señora del Rosario.
El acceso desde La Marina sigue sancionando una media de algo menos de 30 infracciones diarias
Agentes de la Policía Local señalan que ellos patrullan el barrio para sancionar, pero que últimamente no es posible hacerlo por la gran carga de trabajo añadida que supone vigilar el cumplimiento de las medidas sanitarias. Hay que recordar que, antes de que se peatonalizara el casco histórico, mucha gente se había acostumbrado a usarlo como aparcamiento, dado que allí no existe ORA, lo que les permitía mantenerlo allí durante toda la jornada laboral. “Es difícil cambiar las costumbres de la gente”, apuntan.
Un ejemplo de esta inercia de las costumbres es la gran cantidad de multas que tramitan las cámaras sancionadoras que se encuentra en La Marina, que entraron en funcionamiento en 2017, y que dispararon las multas en la ciudad. A día de hoy, y a pesar del tiempo transcurrido, siguen imponiendo una media de algo menos de 30 sanciones diarias.
Vecinos y comerciantes
Otro punto importante sobre la circulación en la Ciudad Vieja es el estacionamiento. No hay que olvidar que en el último pleno ordinario se aprobó una moción para reordenar el espacio del aparcamiento. El problema consiste en las diferentes prioridades de vecinos y comerciantes. Estos últimos quieren que los no residentes puedan aparcar en la zona para atraer al público .
En su día se calculó que cerrar la Ciudad Vieja al estacionamiento suponía sacar de allí 800 vehículos, aunque conviene aclarar que el cierre de este entorno solo eliminó 200 plazas (sin contar garajes a los que se sigue podiendo acceder). El Ayuntamiento proporcionó 155 plazas de uso exclusivo para vecinos en la zona de La Maestranza y otras 93 en el Oceanográfico. Y son todas esas las plazas que Movilidad quiere reordenar ahora.