Se acerca la Pascua y en el obrador de Praliné (C/ Orzán, 150) apuran las horas del día que -nunca son suficientes- para prepararse para la que es una de las épocas más especiales del año. No ha sido un año fácil para esta bombonería de tradición en la ciudad, que hace unas semanas fue víctima de un hackeo que les hizo perder su cuenta de Instagram con más de 5.000 seguidores, un canal imprescindible, sobre todo, en los tiempos en los que la venta online ha crecido tanto.
Pero si de algo saben Susana Lata y Alejandra Pardo es de anteponerse a las dificultades y de superarse. Acabaron la Navidad con la vista puesta en Pascua y desde el mes de diciembre trabajan en los tradicionales huevos de chocolate que toda madrina o padrino debe regalar a sus ahijados. En 18 años de trayectoria, cuenta Susana, han pasado por todo tipo de modas, pero este año han decidido volver a la Pascua tradicional, “queremos dejar a un lado el consumo de personajes de chocolate para centrarnos solo en el huevo de siempre”, explican. Los huevos de Praliné este año irán envueltos en papeles cuyas ilustraciones hechas con acuarela girarán en torno a “conejitos, gallinas y huevos, iconos de la Pascua tradicional”. El chocolate de los huevos es el mismo que utilizan para el bombón tradicional. Si por algo se distingue Praliné es por su compromiso con la responsabilidad social empresarial y por utilizar materia prima de calidad. “Tenemos una forma de trabajar el chocolate de forma sostenible y ética. De hecho, todo el chocolate que entra en el obrador lleva un etiquetado Bcorps”. Las empresas que trabajan con esta distinción tienen en común el objetivo de generar con su actividad un impacto social positivo, en los empleados, en los ecosistemas en los que desarrollan su actividad y, también, en el medio ambiente.
Faltan pocos días para que la nueva tienda de la calle Orzán, a la que se mudaron a punto de decretarse el estado de alarma, en marzo del año pasado, se llene de ilusión en forma de huevo de chocolate. Los habrá de todos los tamaños, pero lo mejor es reservar. Porque este año los padrinos tendrán que sorprender a sus ahijados a pesar de la distancia social, ya que Praliné hace envíos a domicilio. El precio va desde los 2 hasta los 60 euros.