No es fácil intervenir directamente para tratar de facilitar el acceso a la vivienda. Aunque se trate de un bien básico, el mercado inmobiliario es complejo. La semana pasada, la Xunta anunciaba que pondrá en marcha un nuevo Programa Rexurbe: un millón de euros que destinarán consisten a la compra de inmuebles en Pescadería y Ciudad Vieja para su rehabilitación y conversión en un piso de alquiler social. La anterior convocatoria fracasó totalmente: nadie ofertó su vivienda y este año el Ayuntamiento tratará de promocionar el programa en la Ciudad Vieja.
Desde Mara Pita esperan qué, así, en esta ocasión la iniciativa tenga algo más de éxito. En parte se puede achacar el fracaso de la convocatoria del año pasado a que se celebró en una época en la pandemia que generó una gran incertidumbre en el mercado inmobiliario, pero también es cierto que, aunque desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, aseguran que las bases son las mismas que las de 2020, lo cierto en es que en esta ocasión han incluido la Ciudad Vieja y no solo Pescadería.
Según María Pita, se hizo así por recomendación suya pero, además, ha pactado con el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), llevar a cabo una prospección de la tipología de propiedades que existen. A menudo, cuando son heredados, la propiedad de un inmueble se dispersa entre varios herederos, así que los técnicos municipales adelantarán trabajo buscando las propiedades más adecuadas.
Mesa de la Ciudad Vieja
Pero, además, el Ayuntamiento promocionará de forma activa el Rexurbe en la Mesa de la Ciudad Vieja, para que sepan que pueden acogerse a este programa.
A pesar de todo, esta clase de iniciativas son, como ya se ha dicho, difíciles de implantar. La Marea, por su parte, lo intentó durante el pasado mandato y se saldó no solo con un fracaso, sino con una de los peores escándalos del Gobierno de Xulio Ferreiro.
En parte, es debido a la estructura de la propiedad, dado que en A Coruña no hay grandes poseedores de viviendas. Por ejemplo, los 20.000 pisos que contabilizan vacíos (no todos ellos en buen estado de conservación), pertenecen en su mayoría a particulares que las consideran sus pequeños ahorros. Incentivar la rehabilitación sigue siendo el reto a afrontar por el Ayuntamiento.