A partir de las tres de la tarde, el cielo pareció abrir sus compuestas para dejar caer nu diluvio sobre las cabezas de los coruñeses. La borrasca “Lola”, se pasó por la ciudad en ese momento y descargó una gran cantidad de lluvia que rebasó la capacidad de la red de pluviales de la ciudad. Desde el Ayuntamiento, señalan que el episodio coincidió con la pleamar, de manera que la marea empujó el agua de vuelta las canalizaciones, haciendo saltar las tapas de registro y provocando inundaciones puntuales. Los servicios de emergencias municipales contabilizaron 28 incidencias.
La mayor de estas incidencias, que iban recogiendo los bomberos, consistía precisamente en las tapas de lluvia que habían saltado por los aires. Las llamadas provenían de todas pares: Ramón Cabanillas, San Roque, A Palloza, Fernandez La Torre, San Vicente, Manuel Murguía, Plaza de Palloza, Sofía Casanova, Paseo de Ronda...
Por un momento, la ciudad parecía desbordarse. En la avenida de Monelos, el histórico bar Béles, que cuenta con una entrada por debajo del nivel de la acalle, vio como un torrente de agua bajaba por las escaleras. Episodios como este se repitieron también en otros puntos, con el agua arrastrando tierra y formando balsas de agua que entorpecían la circulación, como en la Carretera de los Fuertes o en Médico Devesa Núñez.
Tejados
La tromba de agua fue tan fuerte que dañó algunos tejados, como ocurrió en un edificio de la calle Santander, en Os Mallos, donde tuvieron que acudir los bomberos. O a Entrepeñas, donde se atascó un canalón, o a Luciano Caño, donde se achicó agua. O en González Chas, donde nu canalón se desprendió por no poder absorber tanto agua. En capitán Juan Varela, se inundó un portal.
Fue algo menos de una hora muy intensa para la Policía Local y Bomberos, pero poco después todo volvió a quedar bajo control.