El fútbol inglés se ha cansado de los ataques a jugadores, clubes y árbitros en las redes sociales. La escalada de odio amparada en el anonimato de internet lo mismo afecta a deportistas mundialmente famosos que a ciudadanos anónimos con la mala suerte de cruzarse con trolls, pero no es lo mismo protestar siendo un desconocido que hacer un boicot en toda regla desde la Premier League y la Federación. Ojalá que el apagón en Twitter, Facebook e Instagram de equipos y futbolistas sirva para proteger a cualquiera que se atreva a asomarse a las redes sociales.