No recuerdo haber asistido nunca a un intento de humillación tan grosero como el que se ha planificado entre algunos políticos y algunos medios para hacer pasar por tonta a Isabel Díaz Ayuso, la candidata del PP a la presidencia de Madrid. Es más, si Ayuso no fuera de centro derecha, me puedo imaginar a todas las feministas combatientes, cuando les interesa, para protestar por el trato vejatorio a una mujer. Incluso han llegado a utilizar el acrónimo de su nombre para frivolizarla hasta el extremo.
IDA la llamaron para intentar trasladar a la opinión pública un cierto desorden mental de la presidenta madrileña. Una pena que la poca afición al teatro y al cine de algunos izquierdistas que se perdieron obras de tanto éxito como la que protagonizó la gran Lina Morgan con otro grande, Arturo Fernández;” La tonta del bote”. La gran artista madrileñase hacía pasar por lo que no era en la ficción, pero era mujer muy inteligente que llevaba su carrera y los muchos negocios que emprendió a lo largo de su vida. Díaz Ayuso no tiene un pelo de tonta y sabe muy bien lo que hace. Ha marcado la agenda de todas las fuerzas políticas durante esta campaña y se habló de lo que ella quería y se dejó de hablar de aquello que no le interesaba.
Marcó la diferencia hablando con serenidad y mesura, alejada de la horrorosa confrontación que acompañó a sus adversarios, no recurrió al insulto ni al victimismo, tampoco cuando recibió sus balas amenazantes, cuestión que zanjó con un “los que mandan esas cosas buscan publicidad y yo no se la voy a dar” y a otra cosa. Todo lo contrario de lo que hicieron sus oponentes y, en especial, el auténtico reventador de esta campaña, Pablo Iglesias quien ante su descalabro demoscópico se agarró a las balas como a un clavo ardiendo y todo ello después de haber dicho, literalmente, lo siguiente hace apenas dos años: “sí haces pública una amenaza estás engrandeciendo a quien amenaza, quien hace eso generalmente es un mierda y no se puede ir de victimista diciendo ¡ay! me han amenazado buscando dar pena”.
Como cambió el cuento Pablo Iglesias, otra de tantas cosas que cambiaron en su vida y todas ellas para su mejor bienestar. Todas las encuestas, salvo las de Tezanos (ustedes ya saben) otorgan a Diaz Ayuso una gran victoria en próximo día 4 de mayo llegando a sumar más votos y escaños que todos los partidos de la izquierda juntos y consiguiendo, además, sobrepasar el corsé de sus propias siglas, por ello las encuestas recogen incluso una significativa transferencia de votos del PSOE a Diaz Ayuso. La presidenta asistió al único debate que se realizó y lo ganó y no quiso participar en el circo montado por Iglesias y la SER acertando de nuevo en su decisión. Tampoco dudó en asistir a territorio “comanche” con Ángeles Barceló o con Ferreras y salió airosa de sus entrevistas trampa.
Ayuso hizo su campaña a pecho descubierto sin verse acompañada por dirigentes de Génova ni por líderes regionales del PP, evitó mostrar odio como hizo Iglesias, ni tensión como mostraba el rostro tenso de la candidata de Mas Madrid cuando apuntaba con su mano en forma de pistola a los populares en la Asamblea. La que creían “tonta” les está dando un repaso histórico. Madrid sabe lo que quiere y lo que no.