La ministra de Defensa, Margarita Robles, señaló que los informes médicos concluyen que el fallecimiento de un militar del acuartelamiento de Aizoáin, en Navarra, fue consecuencia de la administración de la vacuna contra el covid-19 de AstraZeneca.

“En los informes médicos que nos han dado parece que no hay ninguna duda que la consecuencia fue la administración de la vacuna”, indicó la ministra a los medios de comunicación.

Robles visitó ayer el Regimiento de Infantería “América” 66 de Cazadores de Montaña, al que pertenecía el cabo Francisco Pérez, de 35 años, fallecido el 23 de abril por trombosis días después de haber sido vacunado con AstraZeneca.

Tras su vacunación, el cabo padeció fuertes dolores de cabeza y malestar agudo, lo que le obligó a acudir al servicio de botiquín y posteriormente a los servicios de urgencia de un centro sanitario, desde el que fue derivado a una clínica, donde falleció días después.

Péseme a la familia

En la visita, la ministra, acompañada por la presidenta del Ejecutivo navarro, María Chivite, y el delegado del Gobierno, José Luis Arasti, dio sus condolencias a la viuda del militar y a la madre. Además, tras un acto de homenaje a los caídos y un desfile en el acuartelamiento, la ministra, junto al general Francisco Javier Varela, mantuvo un breve encuentro con los compañeros del cabo, a los que trasmitió su pésame y les agradeció su “trabajo y dedicación”.

El cabo Francisco Pérez, comentó la ministra a sus compañeros, “de alguna manera está apoyándonos y acompañándonos a todos”.

Robles señaló posteriormente a los medios de comunicación que el fallecimiento del militar “ha sido una noticia muy dura”, pero, al mismo tiempo, recordó que “es importante que la gente se vacune”.

Robles insistió en que “desde el punto de vista médico hay que seguir vacunándose”.