“Hemos clonado a Cristo”. Con esa revelación se inicia “La congregación”, la nueva novela de Miguel Conde-Lobato, una historia trepidante que engancha desde el principio y que aborda los límites entre la ciencia y la ética.
Parece ha encontrado en el thriller su mejor vía de comunicación.
Cuando escribes te influye todo, lo que lees y lo que ves, y tengo autores predilectos de todo tipo. En el libro destaco unos cuantos, entre ellos Stephen King, pero han quedado otros en el tintero. Ningún personaje tiene todo de ti pero todos tienen algún detalle, aunque sean ficcionados.
El final deja abierta la puerta a una segunda parte.
Sí, está hecho a propósito. Se acaba una historia pero queda abierta otra, no quería que el lector se sintiese traicionado pero queda latente otro hilo del que tirar.
¿Cree que levantará ampollas entre la comunidad religiosa?
En absoluto, no tiene nada de ofensiva con la religión, excepto la fabulación de algo que puede ser chocante. La religión es la puerta del misterio y siempre es atractiva. El tema de los límites en la ciencia es algo sobre lo que se debe reflexionar, soy enemigo del neuromarketing porque eso conlleva una persuasión sin medida. Que acabemos clicando en lo que le dé la gana a alguien porque nos están estimulando de forma artificial.
Es una novela trabajada, con continuos saltos en el tiempo.
Hay bastantes personajes, muchas localizaciones y flashbacks. A mí me costó (risas), no sé si habrá otros que lo hagan con el tacón pero yo tuve que tener mapas para estructurarlo y que no hubiese fallos.
¿Habrá adaptación audiovisual?
Si funciona entre el público y si somos capaces de que interese para llevarla a pantalla, sí. Es una historia global local, donde Maianca, en Oleiros, y Samos se mezclan con Palo Alto de forma orgánica y natural.
Y todos los que llegan a Galicia en su libro acaban enamorados, con hasta un éxtasis en el Obradoiro
Ahí me sale la vena de vendedor pero realmente lo pienso. Soy máster en playas exóticas pero aquí tenemos obras de arte visuales con el azul del mar y del cielo, el verde del bosque y el amarillo de la chorima, la flor del toxo. Eso es una postal muy difícil de ver en otros sitios. Galicia estará en todas mis novelas de una forma u otra.