La Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes (CSD) aprobó este martes por unanimidad la profesionalización de la Primera división del fútbol femenino, una medida con la que se "salda una deuda histórica", según su presidente, José Manuel Franco.
"Hoy saldamos una deuda histórica con las mujeres futbolistas, con las mujeres deportistas y con las mujeres en general, que han sufrido una discriminación histórica únicamente por su género. Hacemos justicia y cumplimos compromisos. El Gobierno de España cumple. La igualdad es un objetivo prioritario", afirmó.
Franco presidió la reunión de la Comisión Directiva, órgano responsable de calificar las competiciones oficiales de carácter profesional y ámbito estatal, cuya agenda incluía la votación de la medida.
Ello ha sido posible después de los contactos mantenidos por este junto al director general de Deportes, Albert Soler, con los clubes implicados, la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF), la Federación Española de Fútbol (RFEF), LaLiga, y todos los agentes que de forma directa o indirecta tienen que ver con el futuro desarrollo de la competición, informó el CSD.
"La profesionalización era necesaria, es justa y será un éxito. Vamos a contar con una de las mejores ligas de fútbol femenino del mundo, y lo vamos a hacer acordando los términos de la futura competición con todos los agentes del ámbito deportivo. Lo que hemos aprobado hoy abrirá la puerta a nuevas y futuras profesionalizaciones en otros deportes. Habrá un antes y un después", añadió el secretario de Estado.
Según informó el CSD, su presidente convocará en las próximas semanas, cuando se clarifique la composición de la competición para el año que viene, a los clubes que formarán parte de la Primera División de Fútbol Femenino.
El organismo señaló que trabaja ya para la elaboración de los estatutos que establezcan el marco de la competición, así como la puesta en marcha de la misma.
Estructura independiente
El CSD tutelará el proceso de profesionalización que conllevará la creación de una estructura independiente de RFEF, presidida por una mujer, según pudo saber EFE, y el desarrollo de un reglamento y unas normas disciplinarias, de acuerdo a los requisitos que la Ley del Deporte de 1990 marca para una liga profesional.
De igual forma que ocurre en el fútbol masculino, se elaborará un convenio de coordinación con la RFEF y la idea es que una comercializadora independiente se encargue de explotar lo principales activos, entre ellos los derechos audiovisuales, que algunos clubes tienen cedidos a Mediapro.
Esta es una aspiración de la Asociación de Clubes (ACFF), de la que forman parte 74 miembros entre los que no están Barcelona, Real Madrid, Atlético ni Athletic, para que se haga una venta conjunta de estos derechos como ahora no ocurre.
También la renovación del Convenio Colectivo, el primero del fútbol femenino español que fue suscrito en febrero de 2020, subyace tras los cambios venideros, según ha reclamado la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), sindicato mayoritario.
AFE considera necesaria la renovación del documento para suprimir la parcialidad y negociar el salario mínimo. Ahora mismo el convenio fija el salario mínimo en 16.000 euros brutos anuales para una jornada completa, aunque también recoge una parcialidad del 75 por ciento.
El documento establece una jornada laboral que no superará las siete horas diarias, ni las 35 semanales y un descanso mínimo de día y medio a la semana, con el derecho a vacaciones anuales retribuidas de 30 días naturales, además de regular la compensación por formación.
Una huelga histórica
Entre los momentos decisivos para llegar al acuerdo de hoy figuran las fechas del 16 y 17 de noviembre de 2019 cuando las jugadoras de la Primera Iberdrola convocaron y llevaron a cabo una huelga, la primera del fútbol femenino español, con reclamaciones como un salario mínimo, vacaciones, una jornada laboral digna y el derecho a ser madres.
Las demandas incluían un jornada de 35 horas semanales en cómputo semestral; un salario mínimo anual de 16.000€ (17.800€ brutos), el establecimiento de límites a la contratación a tiempo parcial, de forma que como mínimo todos los contratos de futbolistas profesionales vinculadas al convenio tuvieran contratos de trabajo de deportistas profesionales con jornadas no inferiores al 75% era otra de las reclamaciones.
El parón de las jugadoras provocó la reacción de los clubes y la situación se desbloqueó horas después para reanudar la negociación del convenio cuando estos aceptaron una parcialidad mínima del 75%.
Meses después las partes firmaron el documento en el Congreso, poco antes de la irrupción de la pandemia, el 19 de febrero de 2020, un "primer paso necesario", según dijo entonces el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, que "deberá completarse con otros posteriores".
Entre ellos el anuncio de avanzar hacia la profesionalización para la próxima temporada, refrendado por el Ejecutivo el último 25 de marzo en una reunión con los presidentes de los 18 clubes de la primera división femenina.
La vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, presidió aquel acto, en el que la entonces secretaria de Estado para el Deporte, Irene Lozano, comunicó que la categoría sería profesional a partir de la temporada próxima bajo la denominación "Liga Ellas".
El 1 de junio pasado, el actual presidente del CSD, José Manuel Franco, anunció en su primera comparecencia en el Congreso que este martes se procedería a declarar profesional la competición.
La decisión se aprobó por unanimidad en la Comisión Directiva integrada por Beatriz Álvarez, directora general de Deportes de Asturias; Eduardo Morán, presidente de la Diputación de León; Asunción Loriente, presidenta de la Federación de Remo; David Aganzo, presidente de AFE; Natalia Orive, presidenta de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala (AJFSF) y la exjudoca Ana Carrascosa, además de José Manuel Franco, Albert Soler, el jefe de Gabinete del presidente, Juan Fernández y varios subdirectores del organismo.