La peatonalización de la ciudad, en la que los sucesivos gobiernos locales han coincidido siempre, sin importar colores políticos, es un proceso siempre polémico. Carlos Negreira tuvo que afrontarlo con La Marina, Xulio Ferreiro con A Marola, en Monte Alto, y ayer le. tocó el turno a Inés Rey con Monte das Moas, en O Castrillón. Allí acudió ayer para inaugurar la nueva calle y le esperaba un grupo de vecinos, molestos por como la reforma había trastornado su día a día, al dificultar el aparcamiento y por la carga y descarga. “¿Dónde vamos a aparcar?”, preguntaban. “No se dan cuenta de que no todo el mundo puede permitirse un garaje”, decía otra afectada.
La pequeña calle tiene solo 80 metros de largo, pero a la regidora le costó 50 minutos recorrerla, por la gran cantidad de vecinos que la abordaron. La mayoría reconocieron que el aspecto de Monte das Moas era mucho mejor, pero algunos comerciantes locales insistían en que la carga y descarga resultaba confusa (se puede hacer hasta las once de la mañana). No solo es Monte das Moas: la avenida de la Concordia tiene aceras nuevas, el doble de anchas, así que se ha eliminado mucho aparcamiento. Se ha tratado de paliar este problema reordenando el estacionamiento restante, que pasa de ser de en línea a en batería, pero los afectados protestan igualmente porque, al quedar solo un carril en cada sentido, ya no es posible detenerse para hacer labores de carga y descarga. “Creo que han hecho las ceras demasiado anchas”; comentaba una vecina. El Ayuntamiento asegura que estudia una nueva zona de carga y descarga.
Para calmar a los ánimos, Rey tuvo que esforzarse, así como la concejal de Barrios, Diana Cabanas, que tuvo que recurrir a toda su diplomacia para calmar a las más exaltadas, lo que llevó un buen rato. Hubo gritos y reproches mutuos entre los que apoyaban al Gobierno local, entre ellos la asociación de vecinos de Os Castros y los que no. Rey recordó que la reforma de Monte das Moas era una reclamación vecinal, y que la obra ha servido para hacerla más accesible, con bancos y zonas ajardinadas. En cuanto a las críticas recibidas, la alcaldesa, recordó que “hai moitos máis que agradecen esta intervención. Como en todo, na vida, non se pode contentar ao 100% da poboación”.
Rey aseguró que escuchaba con respeto las críticas constructivas, pero las consideró “una competencia puntual” y aseguró que no existen problemas de carga y descarga. El presidente de la asociación Oza-A Gaiteira-Os Castros, Paulo Sexto, agradeció la obra y recordó que habían recabado 500 firmas para pedirla.