Desactivar las notificaciones del correo electrónico y de las redes sociales, limitar un horario de uso del móvil y olvidarse de publicar cada experiencia son algunas de las claves para lograr la desconexión digital en las vacaciones, según ha detallado a Efe la doctora en Psicología Clínica Natalia Martín.
Esta profesora del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) recomienda "dejar voluntariamente en casa" el móvil para realizar algunas actividades vacacionales, como descansar en la piscina o disfrutar de la playa.
En el caso de que no sea posible estar "incomunicado", ha sugerido restringir las notificaciones de las aplicaciones a lo imprescindible y, especialmente, todos los avisos relacionados con el trabajo.
Si hubiera que revisar la cuenta del correo electrónico laboral, cree que se debe hacer de forma "voluntaria", a una hora determinada del día o una vez a la semana, "no porque se vea el aviso en la pantalla del teléfono".
Las redes sociales también "enganchan" la atención e impiden lograr una total desconexión digital durante las vacaciones, ha subrayado esta experta.
En este sentido, ha citado un informe reciente de la OCU que asegura que, en España, el 21 por ciento de los adolescentes es "adicto a la red" y el 35 por ciento de los adultos mira su teléfono móvil cada seis minutos, lo que supone "perder más de una hora al día revisando la pantalla o viendo vídeos que aportan poco".
Ha recordado que, hace diez años, el teléfono móvil se usaba "básicamente para hablar" y, como mucho, para mandar algún mensaje SMS.
"Podíamos vivir, nuestra vida era igual de confortable y podíamos rendir en nuestros trabajos. Pero ahora no sabemos vivir sin el teléfono móvil", ha recalcado.
Sobre los adolescentes, Martín ha reconocido que es algo más difícil regular el uso del teléfono, porque durante la pandemia a algunos se les ha dado total libertad para utilizar las pantallas, ya que era la única alternativa para seguir las clases durante el confinamiento.
Para evitar posibles adicciones tecnológicas, propone realizar actividades al aire libre, favorecer el contacto físico y evitar los contactos virtuales, por lo que es mejor que queden con sus amigos reales, en vez de hablar con desconocidos a través de la pantalla.
"Si una familia ve que el problema se le escapa de las manos y se ha generado una adicción, recomiendo ponerse en tratamiento con un profesional para establecer horarios de uso normales", ha recalcado.
Por ello, ha considerado que, antes de entregar el primer móvil a un adolescente, cuya edad depende de lo que determine cada familia, se debe consensuar "qué uso se le va a dar al aparato, cuánto tiempo diario se va utilizar y qué tipo de aplicaciones se instalarán".