En el corto espacio de tres/cuatro días ha venido a coincidir la publicación de dos relevantes sondeos de opinión. Dos clásicos. Por un lado, el barómetro de julio ofrecido por el CIS de Tezanos. Por otro, la encuesta de GAD 3 para ABC, que dirige el presidente y fundador de la consultora en cuestión Narciso Michavila.
El trabajo de campo de uno y otro estudio ha tenido también tiempos parecidos (primera quincena del mes que acaba de irse) y, por lo tanto, ambos pudieron medir el sentir de la opinión pública en torno a dos más que importantes episodios de la vida política nacional: los indultos a los golpistas catalanes y la amplia remodelación del Gobierno Sánchez.
Concurrencias varias, pero diferencias abismales en lo que podríamos llamar sus grandes conclusiones: mientras el CIS tranquiliza al Gobierno y aúpa al tándem Pedro Sánchez / Partido Socialista que, pase lo que pase, siguen creciendo en una progresión que parece no tener techo, el trabajo de GAD 3 lleva a otra conclusión bien distinta: el Gobierno no repetirá mandato y la derecha dispone de expectativa de mayoría suficiente.
Según este último estudio citado, el PSOE no logra detener su sangría a pesar de la radical remodelación del Gobierno, que bien podría tenerse como síntoma de debilidad más que de fortaleza; una actuación a fondo que, por lo anunciado, se propone hacer también en el partido. Sánchez no las debía de tener todas consigo. Ni en Moncloa ni en Ferraz.
El caso es que su pérdida de escaños se ha agudizado y que hoy el Partido Socialista retrocedería 19 diputados hasta quedarse en 101 si se celebran elecciones generales. De confirmarse tal perspectiva, no tendría ninguna posibilidad de reeditar la llamada “alianza “Frankenstein”.
Por el contrario, el Partido Popular consolidaría su ascenso y ganaría 50 escaños. Sumando fuerzas con Vox –si es que uno y otro hacen las paces por lo de Ceuta- alcanzarían mayoría suficiente para gobernar. Lo curioso y significativo es que Pablo Casado, con tal viento demoscópico favorable como no lo ha tenido el partido en los últimos años, éste siga sufriendo la desconfianza de una parte de su potencial electorado, que no le ve con el brío y el cuajo necesarios.
¿Con quién quedarse, pues?, se habrán preguntado perplejos no pocos ciudadanos. A Michavila y equipo les acredita lo certero de sus pronósticos en las noches electorales. Y sobre Tezanos dicen quienes siguen más de cerca estos temas que desde su llegada al CIS el buen entendimiento con el sector se ha complicado.
Por lo demás, sus otros trabajos en publicaciones del partido –que deberían ser incompatibles con su presidencia del CIS- dejan ver en exceso su condición de militante activo del PSOE, lo cual resta credibilidad al organismo público en su conjunto.
Faltan con todo dos años para esas nuevas generales y es pronto para pronósticos fiables.