¿Quién teme a Díaz Ayuso?

Pedro Sánchez encabeza la lista. Llegó a obsesionarse tanto con la aspirante a renovar la Presidencia de Madrid que se dejó llevar a un terreno de confrontación directa del que su partido, el PSOE, salió escaldado en las elecciones del pasado 4 de mayo. No han olvidado aquella derrota pero desde La Moncloa y terminales afines llevan algún tiempo sin hostigarla políticamente. Ante tan novedoso cambio cabría preguntarse a qué obedece y sí no estarán aplicando aquello de Napoleón de que ante una equivocación del enemigo lo mejor es no distraerle.

Desde el Gobierno observan la inopinada pugna abierta por el liderazgo del Partido Popular de Madrid como un litigio que acabará en fuego amigo. La irrupción de Esperanza Aguirre abona ese pronóstico.

Y es el caso porque un tema que debería resultar irrelevante –¿qué les importa a los votantes quien gestiona las tripas del partido?– va camino de provocar una división entre partidarios de Díaz Ayuso y los del alcalde de la capital, Martínez Almeida, a quien apoya abiertamente el presidente nacional Pablo Casado.

Ayuso, que arrasó en los comicios de mayo, tiene derecho a reclamar el liderazgo regional ya que coincidiría con el liderazgo político recién ratificado en las urnas. El alcalde, que es a la vez portavoz nacional, es un buen activo político al que quizá están empujando desde Génova 13 a salir al escenario como medida para crear un baluarte que defienda a Pablo Casado de futuras aspiraciones de Díaz Ayuso.

Quien, por cierto, tiene dicho que no se ve en La Moncloa, pero los políticos cambian de opinión y parece que hay quien piensa que llegado el caso sí las circunstancias cambian y, si en las próximas elecciones pese a la buena marcha del Partido Popular, en las encuestas Pablo Casado no lograra desbancar a Pedro Sánchez, el partido podría plantearse la necesidad de buscar otro liderazgo .

No son más que conjeturas, pero parece que algunos las tienen en la cabeza y están enredando con un asunto que va mucho más allá de Madrid porque llevado al límite, la tensión incluso podría desestabilizar al Partido Popular a nivel nacional. Por eso el mundo de Sánchez observa y guarda silencio.


¿Quién teme a Díaz Ayuso?

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