Quien camine estos días por San Nicolás debe haber visto ya una estampa curiosa en la farmacia Ossorio. Útiles de medicina antiguos en el escaparate y boticarios vestidos de época. El motivo es que la segunda farmacia más antigua de la ciudad cumple su 150 aniversario y sus propietarios han decidido celebrarlo con un viaje en el tiempo.
“A mi bisabuelo, Luis Ossorio Ponte, no le convenció lo de montar la farmacia en Viveiro y vino para A Coruña. En el 17 de San Nicolás llevamos desde 1873, ya que durante dos años la botica estuvo en San Agustín porque este edificio estaba en obras”, explica el actual propietario, Francisco Martín Ossorio, cuya hija, Mónica, también trabaja en el local.
El farmacéutico apunta que el establecimiento ha pasado “de generación en generación” y que su madre fue “una adelantada a su tiempo” al cursar la carrera de Farmacia en Santiago en tiempos de la Guerra Civil.
Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, diputado provincial, teniente alcalde del Ayuntamiento y socio de la Junta de Defensa de la ciudad, Luis Ossorio falleció el 24 de agosto de 1914. Uno de sus hijos, Luis Ossorio López-Tejada, continuó con la farmacia y más tarde lo hizo María Asunción Ossorio Donapetry, la madre del propietario actual.
“Tenemos ya garantizado el relevo generacional porque mi hija ya trabaja aquí y tengo otro hijo estudiando la carrera. Yo llevo aquí desde el 1984 y las cosas han cambiado muchísimo, empezando porque hoy en día sería imposible trabajar sin ordenador”, reconoce Francisco Martín.
En 150 años ha habido anécdotas de todos los colores, señala el dueño del negocio de San Nicolás, y la pandemia ha trastocado, como en todos los sectores, el servicio de atención al público.
“Cuando estábamos confinados y solo estaban abiertas las farmacias y tiendas de alimentación era una sensación de soledad increíble. Un día entró un hombre a pedir limosna porque no tenía a quien pedirle por la calle, era un vacío total”, señala Francisco Martín.
En la farmacia Ossorio trabajan actualmente seis personas y todas despacharán esta semana ataviados con trajes de época. “Los que aún no saben de qué va la cosa se quedan alucinados, entran a la farmacia y piensan ‘¿pero qué está pasando aquí?’.
Como recuerdo les estamos dando una crema envuelta en un periódico coruñés de 1871 y un prospecto con la historia de nuestra farmacia”, concluye el propietario.