El segundo programa de MasterChef Celebrity ha dejado en shock a muchos de los televidentes que se posicionaron en el estreno junto a la locura y diversión de la ya polémica Verónica Forqué. No valen las disculpas si la mala educación y la falta de clase se retransmiten en horario de prime time, cuando, además, lo siguen muchos jóvenes muy a pesar de que la actriz lamentase su actuación durante la prueba por equipos. La actitud prepotente y déspota de la Forqué ayer ha sido uno de los espectáculos más bochornosos de la historia reality de RTVE. Sus propios compañeros -alucinados con sus formas- mantuvieron la calma durante uno de los cocinados de exteriores más surrealistas de MasterChef. Pero la audiencia no perdonó y Twitter mandó al paredón a la veterana actriz que, sin duda, ha perdido toda la confianza y beneplácito concedido por el público desde el minuto uno.
Nivel bajo
A los celiebrities les está costando estar al nivel de las cocinas más famosas de la TV y, pocos, han conseguido dar en la tecla para convencer a los jueces. Uno de los que mejor programa está realizando es Bustamante -el mismo de Operación Triunfo- que, a diferencia de la reencarnación del doctor Jekyll y Míster Hyde en Verónica Forqué, está demostrando que se preparó a conciencia para la competición culinaria. Él mismo durante la emisión reconocía antes los jueces que ha estado formándose con los chefs Paco Roncero y Óscar Calleja. Y aunque no ganó la primera prueba, estuvo entre los mejores con un acertado plato llamado Cantábrico, con puré de coliflor con merluza a los que roció con una reducción de vinagre de Jerez con azúcar y setas. “Es muy importante que se coma de un solo bocado”, les dijo a los jueces con maestría.
La prueba de eliminación fue una lección más de cocina fallida por parte de los famosos, aunque el jurado tuvo muy claro el desenlace, ya que Samantha Hudson no pudo hacerlo peor. Una liebre a la royal que contaba con todos los defectos posibles y que decepcionó estrepitosamente a los jueces. No queda nada para el programa rodado en A Coruña, en donde ya sabemos que tampoco estuvo la performance más irreverente.