La Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander ha encontrado entre sus fondos una primera edición de los "Caprichos de Goya", formada por un álbum con 80 estampas en tonos rojizos conservado en un "excelente estado".
Se ha hallado durante el transcurso de la preparación de una exposición sobre Goya, que se celebrará en los próximos meses en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Oviedo, según ha informado el Ayuntamiento de Santander en nota de prensa.
La Biblioteca ha introducido el ejemplar en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico, que es la base de datos del Ministerio de Cultura.
La responsable de esta Biblioteca -que fue la casa de Marcelino Menéndez Pelayo-, Paz Delgado, ha explicado que el álbum está compuesto de 80 estampas en papel verjurado, con distintas técnicas de impresión: aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril.
El título de cada estampa está grabado en el margen inferior, y el número en el ángulo superior derecho.
"La huella de la plancha y la estampación en tonos rojizos son características de la primera edición de 1799, cuya descripción consta en la Biblioteca Nacional", ha añadido.
Con el fin de contextualizar la obra, Delgado ha explicado que hacia 1780 Goya se relacionaba con algunos de los más importantes intelectuales del país, Gaspar Melchor de Jovellanos, Juan Meléndez Valdés, Leandro Fernández de Moratín, o Juan Agustín Ceán Bermúdez, con quienes compartía los ideales de la Ilustración.
Era consciente de los defectos de la sociedad española, por tanto contrario al fanatismo religioso, las supersticiones y la Inquisición.
Todo ello aparece criticado de forma satírica en estas láminas, donde aparecen grabados fantásticos con visiones delirantes, seres extraños, y fisionomías deformadas exageradamente.
El ejemplar que se encuentra en la Biblioteca de Menéndez Pelayo "está encuadernado en pasta española con el título manuscrito en una banderilla de papel pegada en el lomo, y su estado de conservación es excelente, a excepción de un pequeño deterioro en la encuadernación".
Las hojas de guarda son de papel timbrado y se puede leer al trasluz: "Para Pobres de solemnidad quatro mrs./Sello quarto, Año de mil/ochocientos y nueve", lo que ayuda a datar el ejemplar.
Además, posee un exlibris de sello de tinta en la primera estampa donde se encuentra el retrato de Goya en el que consta: "Modesto del Valle/0,143/Madrid".
También tiene restos de otro exlibris en la estampa nº 80 que estuvo pegado y se ha quitado en el que se puede leer: "Antonio".
"No sabemos con certeza quién fue su propietario, y será una cuestión a estudiar", ha señalado Delgado, quien añade que los datos coinciden con Antonio Modesto del Valle y Castillo (1788-1863), militar español nacido en Cuba y enviado a España para estudiar la carrera militar, donde tomó parte en la Guerra de la Independencia Española.
La serie de grabados de Los Caprichos se editó y puso a la venta por primera vez en 1799, según un recibo del Archivo de Osuna, en el que consta que se le abonaron 4 series.
El 6 de febrero de 1799 se anunció la venta de la Colección en el Diario de Madrid, poniéndose a la venta 300 ejemplares en la perfumería de la Calle Desengaño nº 1, el mismo edificio donde vivía el pintor.
La caída del poder de Godoy y la ausencia de los ilustrados en el Gobierno precipitaron los acontecimientos, y Goya retiró de forma urgente la edición por temor a la Inquisición, por lo que sólo estuvieron a la venta 14 días.
En 1803, con el fin de salvar los Caprichos, Goya ofreció las planchas y las series disponibles al Rey con destino a la Calcografía Nacional, a cambio de una pensión vitalicia para su hijo de doce mil reales anuales.
Es posible que el pintor se quedara algunas series que vendió posteriormente en Cádiz durante la Guerra de la Independencia, entre 1809-1812.
Hay discrepancias entre los expertos en el número de ediciones de los Caprichos, pero se estiman unas veinte ediciones.
El concejal de Cultura, Javier Ceruti, ha avanzado que este hallazgo, unido al de un incunable hace pocas semanas, no va a ser el último porque la Biblioteca guarda "agradables sorpresas".