La investigación es uno de los pilares del progreso, lo que hace que una sociedad cambie y avance objetivamente. Así que visitar los talleres y laboratorios donde se crean y se ponen a prueba estos avances es una oportunidad de fomentar vocaciones en un campo de futuro. Ayer, casi mil personas pudieron observarlo de primera mano al visitar los centros de investigación de la Universidad, tanto el de tecnología de la información (Citic) como el de Ingeniería (Citec).
Las visitas se dieron tanto telemáticamente como de forma presencial y permitieron descubrir los impresionantes aparatos que se distribuyen en doce laboratorios en más de diez mil metros cuadrados. El túnel de viento, el laboratorio de dársena, donde se estudia el comportamiento del agua y el de construcción, donde se pone a prueban las estructuras de hormigón y acero. “Hacer un solo ensayo cuesta bastante tiempo. A lo largo de estos 21 años podemos haber hecho 200”, comentó el técnico Emilio Conles. Algunos de ellos, bastante relevantes, como el de la viga de canto más grande de Europa.
No muy lejos, en el mismo campus, se encuentra el Citic, donde las grandes estructuras a escala dejan paso a la robótica. Los visitantes pudieron recorrer el demostrador tecnológico donde se exhiben los prototipos de aplicaciones y lo relacionado con la inteligencia artificial. Cristina Naya, técnica en divulgación, explicó que el público siempre se muestra interesado porque abarca desde filtros de Instagram a tecnologías más avanzadas.
Dado que el nombre del evento es Noche Europea de Personas Investigadoras, las actividades se prolongaron desde las seis de la tarde hasta las 22.30 horas en la plaza de María Pita. Allí, de la mano de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular el experimento conocido como “torre de densidades”.
También participó el Instituto de Investigaciones Biomédicas de A Coruña (Inibic) con charlas en la Domus. En total, de 1.200 pases presenciales se cubrieron un 80% en algunos pases mientras que otros no llegó al 40%.