La idea no es nueva, pero los planes municipales para reurbanizar los muelles de Calvo Sotelo y Batería vuelven a ponerla sobre la mesa: los vecinos del Orzán, hartos del ruido que sufren los fines de semana, pretenden que los locales de ocio nocturno se trasladen al puerto, que ya acoge varios locales en el edificio de Palexco. Para el presidente de Ensenada del Orzán, José Luis Méndez, sería una opción para evitar las considerables molestias que padecen ahora y que, aseguran, se han vuelto peores que antes del confinamiento.
“Los muelles van a pertenecer al Ayuntamiento (en un 75%) y se van a urbanizar. De la misma forma que está Palexco con cuatro o cinco pubs, todo lo que tenga horario nocturno y actividad más allá de media noche se puede trasladar al entorno del muelle”, opina el representante vecinal.
Según él, sería cuestión de trasladar cualquier establecimiento que desarrolla su actividad después de media noche. Sin embargo, hay muchos establecimientos con licencias en regla dispersos por el centro. Todo lo que tiene actividad después de media noche ¿Qué se puede hacer con ellos? Para Méndez, es sencillo: se les facilita el trasladado dándole apoyo con una pequeña subvención o renta baja. El portavoz de los vecinos del Orzán recuerda que la ordenanza municipal de 2014 permite reducir el horario de locales que causen problemas en la vecindad.
En cuanto a los problemas, asegura Méndez que cada vez es peor, y lo que se ve a día de hoy en el Orzán es inédito. “Antes la gente venía a tomarse copas, pero no tiene nada que ver con lo de ahora”. El público del Orzán es ahora muy joven, “en la calle Socorro y Sol no hay ninguno que tenga 20 años, son gente muy joven que viene a lo loco, vienen desbocados”. Tanto ruido tiene sus efectos en los vecinos. “La gente que lo está padeciendo, está a base de pastillas y con ataque de ansiedad. Los políticos no se dan cuenta de la gravedad del problema”, asegura.
Fuentes municipales reconocen que lo que ocurre en la calle Torreiro en algún momento o en el Orzán los fines de semana “no es admisible” pero el Gobierno de Inés Rey no parece muy partidario de crear grandes puntos de concentración del ocio nocturno por el efecto llamada que temen que podría generar aún más problemas”.