as recientes declaraciones del presidente de los populares, repicadas luego por sus fieles y la ”brunete mediática” que le da alas, ha conseguido situar ya de forma definitiva, al PP como un partido sin otras ideas que las de embarrar el campo político bajo la teoría de que todo vale y que los gritos acompañados de mentiras son artículos de fe que los ciudadanos reciben como una verdad incuestionada. Pero la actualidad, las cifras, aplastan sus mentiras. Hay ejemplos de sobra pero vale la pena recordar algunas: la prima de riesgo está ahora un sesenta y cuatro por ciento que en tiempos de Rajoy. El paro, igualmente ofrece mejores cifras que con el PP en el gobierno. Son datos contrastados. Asimismo la recuperación, contando con el maná prometido desde Bruselas tiene sólidas bases.
El PP, que durante la dictadura vivió confundiéndose con ella, pasó de puntillas por la transición y siguió con sus mañas desde los gobiernos de Aznar y Rajoy. El primero repartió las joyas de la corona entre sus fieles –Telefónica es un buen referente– y las etapas de Montoro y Rato nos llevan a recordar la crisis, la corrupción, las preferentes, la cárceles y la corrupción.
El PP con Rajoy al frente instauró el “desmontaje” de los servicios públicos, ayudado por Aguirre y otros colegas, los recortes en servicios sociales y los sobresueldos, el Luis se fuerte.
Y aunque Casado quiera ocultarlo, su carrera está unida a todo eso pue siempre estuvo cerca del poder y al lado de esos personajes citados –muchos por los juzgados– en este resumen.
El Partido Popular no ha conseguido integrarse en una sociedad moderna y de ahí su rechazo a una serie de medidas como la ley sobre la eutanasia, por citar el caso más reciente. Y así siguen enredados en reivindicaciones que recuerdan aquellas proclamas que nos dirigían por rutas imperiales y que hacían de la historia un folletín desde la reconquista con la cruz y la espada hasta las manifestaciones de la plaza de Colón.
Y ahora para más inri se dedica a desprestigiar a España en las instituciones europeas. Precisamente cuando la percepción que tienen “desde fuera” los ciudadanos de otros países mejoró notablemente. Y así, con estas mañas, mantiene la crispación adornada por bulos y exageraciones.