Uno de los elegidos por el PP para el Tribunal Constitucional estuvo imputado por cobrar del gobierno balear Enrique Amildo, candidato del PP para un alto cago en la judicatura, le salpican varios casos de corrupción según desvelan varios medios de comunicación. Una pesada mochila que incluye una serie de actos para beneficiar a altos cargos del partido popular. Figuró en una pieza del caso LEZA que ya figuran en el sumario, a través de unas grabaciones d explicaba la manera de situar en el sumario a personas proclives a los acusados.
Otro: Espejel, magistrada, se posicionó en contra de la ley de plazos aprobado por Rodríguez Zapatero durante su etapa como vocal del consejo general del poder judicial y, por tanto, no debía ser elegida para el alto cargo que la proponen los populares. Son datos contrastados que te llenan la pantalla del ordenador y que al ciudadano de a pie le hacen perder la fe y lo que es peor también la esperanza de que el futuro sea mejor pues tanto PSOE como Partido Popular siguen en lo suyo para renovar el Poder Judicial: colocar a los próximos. Ya el presidente de los populares lo declaró sin ningún escrúpulo: “hemos colocado a dos jueces de perfil duro en el Constitucional. Por cierto el Constitucional o tiene poco trabajo o trabaja con calma: está pendiente por ejemplo su dictamen sobre las normas sobre el aborto ¡y llevan ocho años!, por citar una de las asignaturas pendientes.
Algo no funciona –se atrancan– cuando la reforma laboral está en punto muerto pese a ser una de las promesas del gobierno de Pedro Sánchez a instancias de su socio. Preocupa escuchar a la ministra del ramo insistir en que eso “está hecho” y leer que el presidente del gobierno respalda a la ministra Calviño que es partidaria en dejar las cosas como están… que es también lo quiere la derecha. Y otro asunto al que se enfrenta el ejecutivo es al reparto de ese “maná” que prometió Europa. Según parece las autonomías deben más de ciento setenta y cinco mil millones de euros al Estado.
Aquí, a pie de calle, los grandes proyectos prometidos siguen a la espera: la tercera ronda y la mejora de la autopista, por citar dos ejemplos. Desde el ayuntamiento se quejan de que la Xunta ha bajado este año de veinte millones a nueve. Algo anda mal ¿no?