La imagen de Italia en el mundo después de que el proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia haya quedado bloqueado en el Parlamento en la última fase para su aprobación definitiva, es "retrógrada", "vergonzosa" y causa "un gran dolor", aseguraron hoy exponentes destacados del centroizquierda del país, que había presentado el proyecto.
La moción presentada por los partidos de ultraderecha Liga y Hermanos de Italia para impedir su examen en el Senado prosperó este miércoles por sorpresa, pues en teoría sus partidarios eran mayoría, con 154 votos a favor de bloquear la ley y 131 contrarios en una votación secreta que en Italia suele brindar la ocasión de votar contra la disciplina de partido a los díscolos.
"El aplauso de estadio de fútbol de la derecha al Senado, regocijándose por haber derribado una ley de derechos con la vergüenza del voto secreto, ha dado la vuelta al mundo, dando una imagen retrógrada de Italia", aseguró el diputado del Partido Demócrata (PD), Alessandro Zan, promotor del texto.
Zan, que aludía a la ovación y los vítores de los senadores del centroderecha tras el voto, añadió que pese a todo "el PD continuará con más fuerza esta batalla, empezando por los jóvenes, por un país más justo".
También el ministro de Exteriores, Luigi di Maio, del Movimiento 5 Estrellas (M5S), mostró su decepción: "Es escalofriante que una parte de la política, con la participación de algunos medios de comunicación, trate de desacreditar a la gente dando un significado negativo a la palabra homosexualidad. No hay nada más mezquino".
Di Maio dijo "confirmar y suscribir" el calificativo de la votación como "vergonzosa" que le han dado algunos medios internacionales. "Esta es la imagen de Italia que la política transmite al mundo", añadió.
"Y no sirve de nada fingir ser defensores de los derechos civiles, cuando ayer en el Senado algunos partidos políticos derrocaron el decreto Zan. Esta es la realidad de los hechos. Una medida en favor de los derechos civiles, una medida de dignidad, barrida entre los aplausos humillantes de esta Cámara", dijo.
Tras la votación, se comprobó que entre las filas del centroizquierda 16 senadores votaron en contra y dos se abstuvieron, lo que ha generado algunas tensiones, en particular contra Italia Viva (IV), la formación del ex primer ministro y antiguo líder del PD Matteo Renzi, que cuenta con 16 senadores.
Zan aseguró que IV "se puso a coquetear con el centroderecha", mientras la formación de Renzi rechaza tajantemente las acusaciones: "La ley fue derribada por el PD y el M5S con una estrategia suicida", dijo Maria Elena Boschi, diputada y estrecha colaboradora del ex primer ministro.
La votación de ayer permite a la ultraderecha bloquear la ley, ya que el Parlamento se sumirá en meses complicados al menos hasta la elección del nuevo presidente de la República en febrero próximo, y además toda negociación entre el bloque progresista y la derecha supondría enmendar el texto, por lo que debería reiniciar todo el proceso parlamentario.
El proyecto establece como delito de odio la "discriminación y violencia por motivos de sexo, género, orientación sexual identidad de género y la discapacidad", como ya se contempla para casos de racismo, por ejemplo y su posible aprobación suscitó la preocupación del Vaticano, que teme que afecte al Concordato con Italia desde 1929, en lo que se consideró una injerencia en la política nacional.