Con un ataúd transportado en un carro tradicional de madera, tirado por un par de vacas rubias, quisieron representar los ganaderos que este jueves se manifestaron en Lugo la previsible muerte de sus explotaciones si el precio de la leche no sube pronto y lo suficiente como para compensar el incremento de los costes de producción.
Cientos de ganaderos se concentraron este mediodía ante la Delegación Territorial de la Xunta de Galicia en Lugo, al tiempo que estacionaron una veintena de tractores en la Rolda da Muralla, la vía perimetral que rodea al monumento romano.
Posteriormente, después de registrar un manifiesto en la Delegación Territorial para exigir la intervención de la Consellería do Medio Rural, se concentraron ante la sede provincial del Gobierno de España y registraron otro documento, en este caso con las reclamaciones dirigidas al Ministerio de Agricultura.
En principio, en esta ocasión, a diferencia de lo que sucedió en las históricas tractoradas de 2015, los ganaderos no tienen permiso para dejar estacionados sus tractores alrededor de la Muralla, por lo que fuentes de Agromuralla informaron de que, previsiblemente, esta tarde regresarán a las explotaciones ganaderas.
El colectivo que convocó estas movilizaciones, Agromuralla, denuncia “un incremento de los costes de producción sin precedentes en la historia reciente del sector lácteo”, lo que hace que producir “un litro de leche cueste 40 céntimos” de euro, mientras que el precio medio al que lo venden los ganaderos es de 32 céntimos”.
Debido a ese desfase, provocado por “el incumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria”, explicó el presidente de Agromuralla, José Luis Pérez Barreiro, el sector lácteo gallego está en este momento “en un estado de emergencia económica”.
“Estamos infringiendo la ley vendiendo a pérdidas. Nuestra leche tiene que ser pagada al precio que se merece. A día de hoy, cobrar el litro por debajo de los 40 céntimos llevará al cierre a cualquier granja”, añadió.
“El año pasado, desde el Ministerio de Agricultura nos aseguraron que se había conseguido un gran avance para los ganaderos plasmando en la Ley de la Cadena Alimentaria la obligación de que el precio que cobramos los productores por la leche cubra los costes de producción. El problema surge, en la práctica, con la letra pequeña. Porque las industrias nos avasallan como les da la gana e imponen los términos del contrato sin darnos opción a negociar”, lamentó.
Roberto López, un ganadero de Lugo, precisó que, en este momento, su explotación está perdiendo “unos 2.000 euros al mes” que, si nada cambia, serán “2.500 a finales de este año”.
Esa situación se debe, aclaró, “al incremento de coste de las materias primas, sobre todo de los piensos, con un aumento de 45 a 50 euros por tonelada desde diciembre”. Además, recordó que “se avecina otra subida de unos cuarenta euros por tonelada a finales de este año”.
Los ganaderos están pagando prácticamente el “doble” que hace un año por el gasóleo agrícola, por el suministro de energía eléctrica e incluso por los fertilizantes, dijo, lo que compromete el “abono” de los terrenos de donde las granjas sacan el forraje para alimentar a sus animales.
Julio, un ganadero de O Páramo, ha dicho a la prensa allí congregada que “la situación va de mal en peor, porque los costes de producción aumentaron una animalada y son inasumibles”, por lo que las granjas “no consiguen llegar a final de mes”.
“Las industrias mantienen una posición feudal. Esto parece la Edad Media. Te traen el contrato y, o lo firmas, o te atienes a las consecuencias. Ellas culpan a la distribución. Dicen que no son capaces de subirle el precio a la distribución. Nosotros como somos el último eslabón de la cadena, tenemos que asumir todo lo que nos viene de arriba”, añadió este productor.
José Antonio, de A Mariña, opina que las administraciones “tienen que hacer que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria”, porque los ganaderos no “pueden vender a pérdidas”. Las granjas, añadió, “tienen que tener un rendimiento mínimo”, que permita cubrir costes y, al mismo tiempo, permitir que “la gente pueda vivir”.
“Hemos llegado a un momento en el que esta situación es inasumible. No podemos hacer inversiones ni movernos para nada porque no somos capaces de cubrir los gastos fijos del mes. Es imposible”, añadió.
“Nos están hundiendo”, dijo un ganadero de Baralla, Miguel Ángel, con 37 vacas en ordeño, porque está cobrando la leche a poco más de 29 céntimos de euros por litro, cuando “producirlo” le cuesta “cuarenta céntimos”. “Estamos poniendo dinero. Acaban con nosotros”, lamentó.
Después de que la asociación Agromuralla pidiese el apoyo de la sociedad lucense y animase a la ciudadanía a sumarse a su protesta, tanto la Confederación de Empresarios (CEL) como la Federación de Comercio han respaldado públicamente sus demandas.
El secretario general de la Confederación de Empresarios de Lugo (CEL), Jaime López, ha reconocido que el sector primario y, de forma concreta la ganadería dedicada a la producción de leche, es un “sector fundamental”, por no “decir prioritario” para la economía de la provincia.
Recordó, asimismo, que “los ganaderos son empresarios”, porque en la actualidad no puede verse su actividad de “otra forma”, porque no existe “diferencia entre gestionar una empresa o llevar una SAT”.
“Por ello, tenemos que ponernos a su lado y apoyarlos firmemente”.
“En Lugo y en la provincia de Lugo, todo lo que se refiere al medio rural es nuestro medio de vida”, dijo también el presidente de la Federación Gallega de Comercio, José María Seijas.
Subrayó en su caso que el comercio ubicado en las zonas urbanas de los diferentes municipios “vive también de la gente que viene a comprar desde el campo”. “Tienen nuestro total apoyo”, aseveró.