Llega el invierno y, con él, los grandes oleajes provocados por las borrascas, así que, igual que el Ayuntamiento levanta una duna en la playa de Riazor, el Gobierno central, a través de la Demarcación de Costas, se ve obligado a reforzar las defensas contra el océano. Esta semana le toca el turno a la parte del Paseo Marítimo que está a la altura de Os Pelamios, donde una grúa de gran capacidad está depositando una por una enormes rocas que pesan cerca ocho toneladas cada una. Esto ha obligado a cortar parte del Paseo a la circulación.
También es necesario cortar la parte peatonal para poder instalar la enorme grúa, mientras que los camiones que llevan los bloques estacionan en el carril derecho. Las maniobras han causado bastante interés entre los viandantes. En total, son 800 toneladas de granito las que pasarán a reforzar la escollera en unas labores que entran dentro de los trabajos de mantenimiento habituales.
En los últimos años, la ciudad apenas ha tenido que soportar daños por temporales, sobre todo la zona de Os Pelamios. Hay que remontarse a 2010 para encontrarse con daños que llegaran a afectar al Paseo Marítimo en ese punto. Entonces el fuerte oleaje llegó a derribar veinte metros de la balaustrada y Demarcación de Costas invirtió 300.000 euros en los trabajos de conservación. En 2014, el mar volvió a golpear el Paseo Marítimo a la altura de Veramar y derribó varios metros de balaustrada, un total de 150 metros.
Pero que en los últimos años el océano se haya mostrado benigno no quiere decir que se pueda bajar la guardia. El mantenimiento es vital y reparar la escollera exige una fuerte inversión. Costas ha llegado a destinar casi un millón de euros anualmente a algunos ejercicios.