España, sin ningún caso detectado por ahora de la variante ómicron, ha endurecido los controles en las entradas para los viajeros de varios países africanos, que deberán presentar una prueba negativa aun estando vacunados, y a los de Reino Unido, que ya solo podrán ingresar con el certificado de vacunación.
El BOE publicó ayer dos disposiciones generales, una del Ministerio de Sanidad y otra de Interior, que limita los requisitos para poder entrar a personas de Reino Unido, Irlanda del Norte, Namibia, Botsuana, Esuatini/Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Sudáfrica y Zimbabue.
Por una parte, las que vengan de los países en riesgo alto deberán aportar a partir de este sábado una prueba diagnóstica de Sars-CoV-2 con resultado negativo realizada como máximo 72 horas antes de la llegada, independientemente de si están o no vacunadas o hayan pasado la enfermedad.
Así consta en la disposición general de la orden de la Dirección General de Salud Pública que Sanidad justifica en la nueva variante ómicron detectada en Sudáfrica, que “presenta numerosas mutaciones relacionadas con un posible aumento en la transmisibilidad y en la disminución de la capacidad de neutralización por parte de los anticuerpos”.
“Esta nueva situación –argumenta– pone de manifiesto la necesidad de disponer de un mecanismo ágil que permita la adopción de medidas adicionales de control sanitario a las personas procedentes de países de alto riesgo por un empeoramiento importante de su situación epidemiológica o en los que se hayan detectado variantes de especial preocupación”.
La lista de países en riesgo y en alto riesgo se actualiza cada semana; la actual, que estará en vigor hasta hoy, considera de alto riesgo a Namibia, Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Sudáfrica y Zimbabue.
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció ayer nuevas restricciones para combatir la variante ómicron, entre ellas llevar mascarilla en tiendas y el transporte público y que todos los viajeros se hagan un test PCR, y no de antígenos, a su llegada al Reino Unido.
El líder conservador, que antes del verano levantó todas las limitaciones en Inglaterra, subrayó la importancia de “ganar tiempo” hasta que se determine el efecto de la variante.