Un vecino de Labañou, que se vio afectado esta semana por un conflicto con los dueños de un perro suelto en el entorno del grupo de viviendas María Pita, expone la falta de control en la zona ante la presencia de perros sueltos. Asegura que durante los últimos dos años han mantenido conversaciones con el jefe de la Policía Local sobre este asunto, pero la situación no ha mejorado y considera que “no se está vigilando el barrio”.
Su hartazgo llegó al punto álgido este jueves, cuando un encontronazo con los dueños de un perro de raza peligrosa que iba sin atar y sin bozal, terminó en amenazas. “Dejé a mi madre cerca de su casa. Es una señora mayor que tiene problemas de salud y de oído y estaba subiendo doce escalinatas hasta su portal, cuando, de pronto, veo que un Rottweiler corre hacia ella y se pone a su lado. Mi madre, del susto, se giró y faltó poco para que se cayera”, relata este hombre.
Al bajarse del coche y ver la situación, este vecino de Labañou le pidió a los dueños del perro, que se encontraban a unos veinte metros del lugar, que llamasen a su mascota. Sin embargo, “la respuesta que me dieron es que los perros en este barrio siempre van sueltos”. Fue entonces cuando procedió a llamar a la Policía y estos le increparon “amenazando con que me iban a ajustar las cuentas”, explica. Finalmente, los agentes tardaron en llegar y los dueños del can ya se habían marchado. “Los ciudadanos no podemos hacer de policías, y como aquí están acostumbrados a esto, no lo ven como algo negativo”, añade el vecino, que, ante el nerviosismo de su madre, terminó en Urgencias con ella antes de proceder a denunciar en Comisaría. Tras estos hechos, teme que se vuelvan a repetir y termine en desgracia. “Tenemos miedo por las personas vulnerables, porque esto podría haber acabado peor, con una caída desde unas escaleras, y aún encima con amenazas”. Por ello, pide mayor control o endurecimiento de las multas.