Rusia exigió ayer a la OTAN que retire las promesas hechas a Ucrania y Georgia de que serán admitidas en la Alianza Atlántica, ya que esto significa el avance de este bloque militar al este, una de las líneas rojas marcadas por el presidente Vladímir Putin.
“Es necesario retirar formalmente la decisión de la cumbre de Bucarest de la OTAN de 2008 que afirma que Ucrania y Georgia se convertirán en miembros” de la Alianza, afirmó el Ministerio de Exteriores de Rusia.
Según la diplomacia rusa, esta decisión respondería a “los intereses fundamentales de la seguridad europea”, ya que la promesa dada a Kiev y Tiflis es “contraria al compromiso de los líderes de todos los Estados participantes de la OSCE de no fortalecer su seguridad a expensas de la seguridad de los demás”.
“Insistimos en establecer en un lapso de tiempo concreto y, en base al principio de una seguridad igual e indivisible, garantías legales a largo plazo que excluyan el futuro avance de la OTAN al este y el emplazamiento de armas que nos amenacen en los límites occidentales de Rusia”, señaló el ministerio.
Putin ya declaró en su cumbre con Biden que su línea roja es el despliegue de sistemas de ataque de Occidente en Ucrania.