De momento, la Policía Local sigue montando guardia frente al 120 de la ronda de Nelle. El objetivo es conseguir que la evacuación de emergencia producida por el incendio el martes pasado se convierta en un situación permanente. El Ayuntamiento está tratando de convencer a los dos hermanos propietarios del inmueble para que tapien el portal, que fue el domicilio de nada menos que de 82 personas, según el último censo, realizado este año.
“A falta de un informe definitivo, todo parece indicar que la habitabilidad del edificio está comprometida, por lo que no se permite el acceso”, señalaron fuentes municipales. De hecho, durante el día de ayer entraron en el edificio tanto efectivos de la Policía Científica como de Bomberos. Su intención era comprobar si el incendio que se declaró en el noveno piso en la tarde del martes fue intencionado.
Conflictos
Las primeras impresiones apuntan a que así fue. La que fue la mayor comunidad okupa de la ciudad no era un ejemplo de convivencia, como ellos mismos reconocen. “Hay gente decente, pero por unos pocos pagamos todos”, comentaba un hombre el martes, mientras esperaba a que los Bomberos sofocaran el fuego. Fuentes de la Policía Nacional confirma estas sospechas y apunta a una guerra entre unos sujetos que vivían en el tercer piso y otros situados en el noveno. Los primeros serían responsables del incendio, como represalia por una agresión que habrían sufrido días antes, en la que un grupo habría tirado abajo la puerta y propinado una paliza a alguien que se encontraba en el domicilio. También hay que recordar una agresión grave en el comedor de Padre Rubinos, donde otro joven sufrió una herida de consideración en la cabeza.
La Policía Científica investiga las causas del incendio que obligó a evacuar a más de 20 personas el martes
En el 120 de la ronda de Nelle, la violencia estaba a la orden del día, pero entre las docenas de personas que residían allí se encontraban individuos que simplemente se hallaban en una situación precaria, que obtenían sus ingresos de subsidios o de la mendicidad. Muchos de ellos eran jóvenes y de otras nacionalidades, que se hallan en situación irregular. Otros son mayores, de más de 60 años.
Recursos
Lo que llama la atención es que las autoridades esperaban que esas 82 personas se dirigieran a la red social de la ciudad y no fue así. Están acostumbrados a emplear servicios como la Cocina Económica, Padre Rubinos o Casco (donde muchos acuden habitualmente) y el Ayuntamiento alertó al albergue de Padre Rubinos. No había nadie en situación de especial vulnerabilidad (menor o con algún tipo de condición médica), de manera que era el procedimiento habitual.
Sin embargo, la mayor parte se buscó otra alternativa temporal. Normalmente, la casa de un amigo. Las autoridades siguen atentas, porque esperan que okupen otro edificio, como suele ocurrir en estos casos.