En junio de 1999 veía la luz uno de los proyectos más importantes de la ciudad, aquel que transformó la antigua cetárea de As Lagoas, el lugar del mar donde en 1988 moría una ballena, en un “homenaje de la ciudad al mar” y a todas sus especies. Aquellos primeros días de junio de 1999 abría sus puertas el Aquarium Finisterrae, la Casa de los Peces, el que iba a ser, no solo el más visitado de la red de los Museos Científicos de A Coruña, sino también uno de sus mayores proyectos de divulgación.
“Hoy nace la ciudad del nuevo milenio”, aseguraba el por entonces alcalde de la ciudad, Francisco Vázquez, al referirse a la apertura del Aquarium. Ensalzaba, además, que la Casa de los Peces se erigiría como un pilar divulgativo, no como un mero museo más, siguiendo la línea de la Domus y de la Casa de las Ciencias.
Así, desde el primer momento, a ese impulso a la divulgación se sumó una arista importante para lo que sería el Aquarium: los niños. Y es que todas las voces que rodeaban al acuario, tanto institucionales como las primeras visitas, aseguraban que serían los niños los que más disfrutarían de esta nueva atracción educativa de la ciudad, algo que hoy en día sigue estando vigente, ya que son los más pequeños, bien escolares, bien de modo particular, los que más la frecuentan.
Abría sus puertas en aquel entonces un proyecto de millones. Más de 2.000 millones de pesetas y más de 14 millones de litros de agua salada. Todo ello para trasladar a los también millones de visitantes hasta la fecha al fondo de los mares, donde poder entender un poco más de ese mar que nos rodea.
La inauguración, el 5 de junio de 1999, reunió a vecinos, personalidades y representantes institucionales varios. Su apertura, además de un éxito de público, fue un cúmulo de bocas abiertas: “Parece sacado de alguna película”, decían los primeros visitantes.
La apertura oficial fue amenizada por la Tuna de Veteranos. Tal y como recogían estas mismas páginas hace un cuarto de siglo, el repertorio fue marítimo, con acordes tradicionales como los de ‘A Rianxeira’ y sus “ondiñas veñen”, pero también con variantes pop. La tuna “atacó con decisión una versión de Octopus’s Garden”, que se tocó como homenaje a la sala de los pulpos del acuario. El gobierno local soñó con traer a algún ‘beatle’ al acto de inauguración, pero las negociaciones no cuajaron. Ringo Starr, compositor de ‘Octopus’s Garden’, actuó en la ciudad años después, en 2018, pero en otro recinto, el Coliseum.