Si la vida depende del cristal con el que se mire, el caso de Gastón es especial. Este tiburón toro cumple hoy 18 años mirando a través del vidrio del Nautilus del Aquarium Finisterrae y, sobre todo, dejándose ver. La efeméride se cumple hoy y, como ayer, Gastón sigue siendo objeto de admiración por todos los visitantes, y la principal estrella del acuario coruñés. Durante mucho tiempo, ha estado solo, nadando en círculo y preguntándose si no se ha estancado en su papel protagonista, pero puede que que su largo confinamiento en solitario toque pronto a su fin: le están buscando un compañero.
El director de proyectos del acuario, Francisco Armesto, lo reveló ayer: “Estamos estudiando la incorporación de nuevos especies y me gustaría tener un compañero para Gastón. Hay varios acuarios que tienen más de un tiburón toro. No son una especie tan solitaria”, explica. Gastón es un ejemplar adulto, que procedente de Bretaña. “Este individuo se capturó en estado salvaje en su día en las costas del Atlántico Sur, en las zonas cercanas a Sudáfrica”, explicó.
Se estima que fue trasladado al acuario de la Bretaña francesa tenía unos tres años. Allí creció durante una temporada, pero no encajó con los otros ejemplares de tiburones toro del acuario. “Con los animales suceden estas cosas, como con los perros: se peleaba con los otros tiburones, y eso que es un animal tranquilo, aunque es muy fuerte”. Por motivos que a veces se desconocen, no hubo química, y sus cuidadores le descubrían heridas algunos días. Así que en Oceanópolis, como se llamaba el acuario, recibieron con agrado la llamada del Aquarium Finisterrae, al que llegó en 2006.
Durante tres meses fue necesario mantenerlo en cuarentena, porque en Bretaña nadaba en un acuario tropical, y el agua del Nautilus es mucho más fría. Allí se pudo librar del estrés de tener que viajar en un tanque estrecho y prepararse para el que sería su hogar definitivo. Durante diez días, apenas comió, pero enseguida recuperó el objetivo, y hoy en día come tres veces a la semana.
“En menos de un mes había ganado quince quilos, y ahora mide tres metros de largo, y pesa 120 kilos”, explica Armesto. Come merluza, caballa o pota, dos o dos kilos y medio.
En la Nautilus nada acompañado de unos 5.000 individuos de 30 especies, y algunas veces siente el instinto de comer un aperitivo. “Alguna lubina un poco despistada se ha acercado un poco más de la cuenta y él ha aprovechado la ocasión”, reconoce. Pero nunca ha mordido a ninguno de los cuidadores que se sumergen para darle de comer. Claro que ellos se mantienen a prudente distancia, y emplean una pértiga, para prevenir incidentes.
Gastón es un animal saludable, pero no se sabe cuánto tiempo le quedará. En el caso del tiburón toro, se estima que viven 25 años en libertad, de manera que Gastón ya ha superado en tres años la expectativa de vida de su especie gracias a su cómoda vida.
Este fin de semana, los niños de entre ocho y doce años podrán participar en un taller para dibujar tiburones, tutelados por una experta. A las 12.00 horas bajarán al Nautilus en grupos de quince. La inscripción ya está abierta en la página web del acuario y hay que abonar la entrada. Este año está siendo muy especial porque el cinco de junio se celebrarán los 25 años de la inauguración, y el aniversario de Gastón es un evento más.