Los vasos comunicantes que representan la hostelería y el ocio nocturno no siempre se mueven en la misma dirección. Y es que, a pesar de que los bares y los restaurantes apuntan al presente mes como el mejor en la historia en lo que a facturación se refiere, la resaca de esos homenajes no sentó del todo bien a aquellos que decidieron continuar la fiesta.  

La asociación Galicia de Noite, responsable de los locales de la zona del puerto y discotecas como Moom 57, Andén o el Playa Club, no oculta cierta satisfacción por la vuelta al horario tradicional, una vez han expirado los quince días de medida de gracia anunciados por el Ayuntamiento con motivo de las Fiestas de María Pita. Así lo expresa su presidente, Luis Diz: “La gente nos llegaba muy tarde con la ampliación de horarios, así que preferimos volver a lo de antes, ya que somos los que más margen para el cierre tenemos. No siempre venían en las mejores condiciones”.  

Sin beneficio económico

La radiografía de una noche estándar que realiza Diz es la de un grupo de amigos que extendía su cena y las primeras copas hasta las 04.30 horas que tenía permitida la restauración tradicional, y que decidía seguir la fiesta en sus discotecas o salas de conciertos. “El horario ampliado benefició más a las cafeterías, bares o pubs; económicamente no nos repercutió demasiado y sí nos perjudicó bastante, porque para mantener el ritmo tenían que venir con la cartera llena y el cuerpo preparado”, explica el presidente de Galicia de Noite.  “De hecho, nosotros no hicimos uso de la ampliación de horario y cerramos antes de lo estipulado, porque la gente venía muy cargada”, añade.

Con el retorno a la normalidad previa al 1 de agosto, la licencia estipula que los pubs deben cerrar a las 04.30 horas, mientras que las salas de concierto pueden hacerlo a las 05.30 y las discotecas a las 06.30, con un margen en todos los casos de media hora más para desalojar el local. “No es lo mismo desalojar a 500 personas que a 3.000”, matiza Diz.

Respecto a una posible extensión de cara a las Navidades o al próximo año, Diz es solidario con sus compañeros. “Creo que es positivo, no creo que el Ayuntamiento vaya a hacerlo, pero la ley se lo permite”, dice. “Todo lo que sea beneficiar a la hostelería es bueno, y lo que se hizo en A Coruña marca un antes y un después”, finaliza el máximo responsable de la asociación que representa los intereses de las discotecas. l