El temido picudo rojo se cobró este miércoles nuevas vidas en A Coruña. En cuestión de horas, cuatro palmeras devoradas por el escarabajo asiático fueron taladas en tres localizaciones de la ciudad. La primera en desaparecer fue en el Paseo Marítimo, a la altura de los arcados de Riazor. La zona fue precintada y los operarios retiraron el tronco y los restos de la palmera. Mismo destino corrió un ejemplar frente a las cocheras de la Compañía de Tranvías y otras dos en la avenida de Metrosidero, a la altura de la Hípica.
A finales de octubre dos palmeras fueron seccionadas en el entorno de Aduanas, en la avenida del Puerto, y todavía quedan más actuaciones, tal y como adelantaron fuentes municipales el mes pasado. Tres ejemplares serán talados en la calle de Santa Lucía en los próximos días y otro en Panaderas, sumando cerca de una decena de palmeras imposibles de salvar por el avance del picudo.
Cuando se produce una tala es porque ya no hay solución para el árbol y corre el riesgo de que la plaga se extienda. Detectar la presencia del insecto es complicado, ya que se alimenta en el interior de las palmeras hasta debilitarlas y, finalmente, matarlas.
El Gobierno municipal destina desde hace años importantes recursos humanos y materiales a la lucha contra el picudo rojo. Fuentes del Ayuntamiento indican que se realizan todos los esfuerzos para contener el avance de una plaga que, por desgracia, afecta a día de hoy a muchas palmeras del sur de Europa.
El servicio de Jardines municipal está poniendo en práctica tanto acciones preventivas en los puntos más emblemáticos, como los jardines de Méndez Núñez –donde, por el momento, se ha evitado la aparición del insecto, aunque las seccionadas en Aduanas estén a un paso del lugar–, como talas cuando ya no es posible salvar los ejemplares. Todo ello, eso sí, en las palmeras municipales. “Hacemos también un llamamiento a todos aquellos particulares que tienen palmeras infectadas, a que actúen con toda la celeridad con las talas para evitar la transmisión de plaga a otros ejemplares”, añade el Gobierno local.
Precisamente en el mes de septiembre la dirección del Colegio Compañía de María pidió permiso para iniciar las obras de poda y tala de las moribundas palmeras que adornaban el recinto, ante el peligro que suponía para la comunidad escolar que sus hojas cayesen al suelo si no se actuaba a tiempo.
Méndez Núñez, uno de los palmerales más importantes, es uno de los pocos que subsisten en el territorio nacional y persiste intacto gracias a las labores del Ayuntamiento de ‘vacunar’ los ejemplares. En el mandato de la Marea Atlántica, además, se colocaron sensores en las palmeras de los jardines. Esto es un medidor sísmico que detecta el ruido y la vibración que provoca este insecto y alerta de su presencia antes de que se convierta en una plaga letal para los árboles.
Arteixo informó este miércoles de que también procedió a talar cuatro palmeras situadas en distintas zonas verdes del municipio afectadas por esta plaga. “Hoy se ha cortado la palmera que estaba en el jardín situado en la parte trasera de la casa consistorial y en días anteriores se cortaron otras en la plaza del Balneario y en Monteagudo”, informó el Ejecutivo de Carlos Calvelo, que también talará otro ejemplar en los márgenes de la carretera AC-552 a la altura de Vilarrodís.
Los cuatro árboles llevaban meses afectados por el picudo rojo y, a pesar de los tratamientos que se les practicaron para eliminar la afección, se tomó la decisión de cortarlos “debido al peligro que tienen las palmeras muertas de incubar colonias de estos insectos”. En Arteixo, comentan, no es habitual ver estas especies arbóreas “porque no son autóctonas”, explican, además de por los innumerables problemas que están sufriendo con el picudo.