El modelo de ciudad sin coches o en el que éstos pierdan la batalla ante los peatones ha sido aplicado más a fondo que nunca por el actual Gobierno municipal, con el debate correspondiente en la ciudadanía. Sin embargo, entre una A Coruña 2023 y la realidad en los Países Bajos, considerado lo idílico y deseable por la comunidad científica, existe todavía un abismo que es posible eliminar gracias a Dutch Cycling Life. Se trata de una aplicación diseñada por la Junta de Turismo y Convenciones de los Países Bajos (NTBC), cuyo objetivo es imaginar, pero también concienciar sobre otro modelo urbanístico.
La Inteligencia Artificial, Google Streetview y una voluntad de promoción como modelo a imitar han hecho posible que cada ciudadano con acceso a internet pueda convertirse en el paradigma de concejal de Urbanismo para la agenda 2030. Basta con ingresar a la página www.dutchcyclinglifestyle.com y teclear la calle a transformar. La tecnología eliminará los coches, analizará la calle, propondrá un plan urbanístico, añadirá personas y ciclistas y, finalmente, “un poco de verde” para convertirnos en los nuevos Francisco Díaz Gallego.
Educar y concienciar a través de la diversión es parte de la vocación del programa nacional, según explica la directora de Relaciones Públicas del NTBC, Emilie Zonnevylle. “Queremos poner a los Países Bajos en el mapa como el mayor país ciclista del mundo, y esperamos que el resto se inspiren en nosotros para promover una movilidad más sostenible y saludable”, afirma. “La herramienta ayuda a la gente a considerar los beneficios de una vida más verde, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono, combatiendo el cambio climático y mejorando la calidad del aire”, añade.
Es el modelo neerlandés un reclamo en sí, pero algunos turistas defienden que es ideal para un lugar concreto y con unas situaciones concretas. Desde el Gobierno de los Países Bajos lanzan un mensaje tajante: “Que se lo piensen otra vez, está comprobado que el ciclismo es salud para nosotros y el medioambiente”, recuerda Zonnevylle. “Creemos que nuestro modelo puede funcionar en cualquier parte del mundo, solamente se necesita ajustar espacios públicos y las reformas necesarias para que se demuestre”, finaliza.
En menos de un mes, más de 900.000 calles han sido transformadas por usuarios, pero también por concejales y gobiernos que han utilizado la aplicación.