Para conocer la obra es necesario conocer al autor, y todos aquellos que lo deseen pueden hacerlo en Viñetas desde O Atlántico a las diez de la mañana. Hoy le ha tocado el turno a dos dibujantes argentinos, Lucas Varela y Kundo Krunch, que han ejercido de cicerone de sus propias exposiciones, con el verbo fácil propio de los de su tierra.
El primero en hacer de guía fue Krunch, que enseñó los originales de algunos de sus trabajos más representativos a un público compuesto por una decena de personas, ante los que desnudaron sus intimidades artísticas. "Siempre me interesó el terror", reconocía Krunch, al hablar de su ultimo cómic, una historia de vampiros ambientada en España en los años 40. "Hicimos las primeras páginas. Luego pasan dos o tres años, me llaman los de una editorial lo quiere comprar. Había que hacerlo ya. Fue una manera caótica de trabajar", recuerda.
De las paredes colgaban páginas de cómics como 'El último recurso' o 'La cárcel del fin del mundo'. "Me gusta la naturalidad que sale del lápiz, aunque las líneas no sean completamente rectas. Trabajo sobre el natural. Me quemé con el realismo. El 70% del trabajo lo hago con tinta. Me gusta jugar con el error, disfruto ensuciándome", explicó cuando le preguntaron si había algo digital en su trabajo. "Me gusta el contacto con las herramientas de trabajo", confesó.
Su compatriota, Lucas Varela, llevó al grupo al piso superior, donde las paredes estaban cubiertas de viñetas de su personaje más icónico, Paolo Pinocho, al que describió como un "patán inmoral pero el último libro no lo entendieron. Me preocupa un poco". "En esta parte pongo mis locuras, esta otra es más comercial", explicó. A diferencia de Krunch, Varela no reniega de la informática, ni de la regla. "Me encanta que las lineas estén rectas. No hay originales porque lo hago todo digital. Me permite ir rápido que es lo que quieren los editores", confiesa.
Pero algunas de sus páginas expuestas sí son originales. "Aquí lo hizo todo a pluma. Me llevó muchísimo tiempo. Me manché los dedos, la ropa. No tiene sentido. Pero quedó bonito porque es un instrumento muy noble la pluma. Uno se siente un maestro del Renacimiento". En una vitrina se exhibía varios folletos de grupos de rock. "Todos son Satán-algo", comentó. En otros, se veía personajes musculados. "Siempre coqueteo con el estilo Jack Kirby, es muy poderoso".
Los que se lo hayan perdido, queda una última visita guiada, este sábado a las diez. Correrá a cargo de Paula Mayor y Cristian Caruncho, en la Sala Salvador de Madariaga.