La Real Academia Galega desvela una serie de imágenes del Carnaval coruñés de 1916, una fecha marcada por la intención del Ayuntamiento de prohibir "los disfraces contrarios a la decencia y los trajes o atributos de autoridades o de funcionarios de los órdenes civil, militar o eclesiástico". Como señalan desde la RAG "o realismo grotesco do Entroido tardomedieval e renacentista bateu co xurdimento da sociedade burguesa, que paulatinamente tentou laicizar e desmitificar a súa entidade, procurando convertela nunha cerimonia desposuída do ton satírico, cómico e pantagruélico e que visibilizase o novo status das elites. Un deses intentos quedou inmortalizado na serie de fotografías que conserva o arquivo da Real Academia Galega correspondente ao Entroido coruñés dos primeiros anos do século pasado".
El bando también prohibía que los hombres se disfrazaran de mujer o las mujeres de hombre, que las máscaras se detuviesen en la calle o tirar huevos rellenos de confetis o cualquier clase de objetos para “evitar molestia a las personas”. También se prohibían las coplas y cantares no consignados en los originales autorizados por el Gobierno Civil, "nunha norma encamiñada a privilexiar unha celebración refinada baseada en desfiles de carrozas que circularía por espazos acoutados".
La colección de fotos de la RAG ilustra aquel Carnaval en A Coruña en febrero de 1916, con carrozas circulando en procesión por los Cantones y los jardines de Méndez Núñez. Están hechas por Pedro Ferrer (1870-1939) y pertenecen al fondo personal de quién era alcalde entonces, Manuel Casás, el regidor que firmó el polémico bando.
A cambio de las prohibiciones, el Ayuntamiento de A Coruña preparó una serie de actividades para luchas contra el Entroido tradicional: "Actividades como bailes e recitais, o desfile. As luxosas carruaxes, patrocinadas moitas delas polas diferentes sociedades e compañías existentes na cidade (o Circo de Artesáns, o Sporting Club, asociacións de prensa, diarios, exército, a Compañía de Tranvías), simbolizaban o cambio de paradigma, no que o contacto libre e familiar do Entroido se foi substituíndo por una espectacularización pechada e restrinxida", explican desde la RAG.
Ese año, señalan en la Academia, marcó el camino que seguiría en los siguientes años, marcados también por la Guerra Civil y la Dictadura de Franco, hasta en los 80, superada esta etapa, el Carnaval coruñés regresó con fuerza a su origen: "Farturento, cheo de risa e de chanza".