Así fue la noche del adiós de La Gata en A Coruña

El histórico local de la Ciudad Vieja tuvo una gran despedida en familia
Así fue la noche del adiós de La Gata en A Coruña
La familia de La Gata se unió para despedirse | Pedro Puig

La Gata ya es historia de la noche coruñesa. Tal y como informó El Ideal Gallego, el local de la plaza de Azcárraga cerró definitivamente sus puertas en la madrugada del sábado al domingo. Y lo hizo siendo fiel a la marcada personalidad que ha caracterizado el local durante la última década, en lo que se convirtió en un peregrinar de fieles que renunciaron a marchar sin despedirse. No obstante, lejos de un triste adiós resultó una celebración en vida, con anécdotas y recuerdos que permitieron alargar el cierre hasta pasadas las 06.00 horas.

 

Hubo de todo entre los temas que aullaron los gatos por los callejones de la Ciudad Vieja, aunque para el cierre el protagonista fue Pucho Boedo. Para entonces aún permanecía estoico renunciando a tomarse 'la última' Tonecho Lantes, quien a sus 81 demostró que los CTV profesionales fueron los verdaderos inspiradores del 'andar de parranda e durmir de pé'. También hubo un recordatorio en forma de brindis para los 'gatunos' que se quedaron por el camino los dos últimos años y que contribuyeron a convertir las noches de La Gata en una experiencia.

 

A pesar de las esperanzas de algunos, la propietaria, María Cabezas, no dio marcha atrás ni se arrepintió de cerrar su ciclo. Nueve años después de tomar el relevo ha decidido poner punto y final para cambiar completamente su realidad personal. La casualidad quiso que se trate exactamente de la misma fecha en la que también se acabó el ciclo de O Portiño cinco años atrás.  Además del cariño y los recuerdos de sus clientes se lleva de regalo un telescopio para disfrutar de su vida en la montaña. Es la más tangible de cuantas memorias se lleva, aunque promete que al libro le quedan aún páginas por escribir, aunque desde el otro lado de otras barras. “Gratitud y amor infinito para todos. Cierra La Gata, pero yo seguiré viniendo a la Ciudad Vieja, porque son mi familia y pienso hacer muchas reuniones allí en mi trinchera”, advierte. "Me voy de la ciudad porque la única forma de sobrevivir a la Agenda 2030 es irse al campo", añade. Mientras, los 'gatos' de la Ciudad Vieja se encargarán de construir su relato en otro refugio próximo.

Así fue la noche del adiós de La Gata en A Coruña

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