El Ayuntamiento quiere seguir construyendo unas calles más seguras para los viandantes. Para ello, la alcaldesa, Inés Rey, anunció este martes la instalación de 165 señales luminosas en pasos de peatones, donde se producen dos de cada tres atropellos en A Coruña. Acompañada por la concejala de Movilidad, Noemí Díaz, y la presidenta de STOP Accidentes, Jeanne Picard, la regidora señaló que el objetivo de esta intervención es avanzar en la mejora de la seguridad peatonal.
“Damos un nuevo paso dentro de las actuaciones que hemos ejecutado durante los últimos años para crear espacios seguros para los peatones”, dijo. Según las estadísticas de la Policía Local, la mayoría de los atropellos en la ciudad se registran, precisamente, en los pasos de peatones. La previsión es que estas señales luminosas estén instaladas antes de que termine el año. Habrá dos tipos: 141 retroiluminadas, similares a las que ya están activas en varios puntos de la urbe y que se encenderán por la noche -funcionan con luz solar- para aportar visibilidad en los cruces, y 24 señales en los báculos de los semáforos. Estas últimas contarán con cuatro luces led en las esquinas y dos proyectores que iluminarán hacia la calzada.
El Gobierno local realizará esta semana un estudio in situ de los 165 puntos de colocación, seleccionados teniendo en cuenta los datos de los siniestros, las vías de mayor velocidad y de menor iluminación o la proximidad a zonas escolares y sanitarias. La instalación de las señales tiene un presupuesto de 280.000 euros, financiados con fondos europeos Next Generation.
Inés Rey comunicó que, según las estadísticas de la Policía Local, en 2023 hubo 117 atropellos en las calles de A Coruña, de los cuales 77 se produjeron en pasos de peatones (27 regulados y 50 sin regular). En lo que va de 2024, añadió, van 60 atropellos, 41 de ellos también en pasos de cebra (17 con semáforo y 24 sin regular). Es decir, un 66% de los atropellos son en pasos de peatones.
Desde 2022 no se registra ningún fallecimiento en este tipo de siniestros. La alcaldesa hizo hincapié, además, en la bajada de la media de atropellos: entre 2014 y 2018 la media se situaba en 141 al año, y entre el 2019 y 2024 ha descendido hasta los 102.
No es la primera medida que se implanta en la ciudad para tratar de reforzar la seguridad peatonal. Rey recordó en la rueda de prensa que desde las áreas de Infraestructuras y Movilidad se llevaron a cabo medidas en los últimos años para dotar a los barrios de espacios más seguros para los viandantes, con proyectos de calmado de tráfico y humanización de calles.
Un ejemplo es el plan Coruña 30, que redujo la velocidad máxima de circulación en numerosas vías. La Zona 30 (la normativa que limita la velocidad a 30 kilómetros por hora en vías urbanas de un solo sentido) se implantó en A Coruña antes incluso de que fuera obligatorio. Fue a principios de 2020 cuando la Mesa de Movilidad municipal adoptó esta medida. Ya entonces se alegaba que, además de reducir la contaminación frenaría la siniestralidad, reduciendo incluso su gravedad. En mayo de 2021 entró en vigor la normativa de la DGT para toda España.
Por otra parte, el Ayuntamiento ya multa un 25% más que la DGT de manera telemática en el término municipal, si se toma como referencia el radar de la AP-9 y las cámaras de La Marina. Los datos extraídos de ambos puntos (los últimos oficiales se remontan a 2022) señalan que el radar de Alfonso Molina situado en dirección salida, a la altura de Palavea, es uno de los más activos de Galicia, y el que más sanciones por exceso de velocidad tramita en la provincia: 42 al día. Esto supuso un incremento del 13% con respecto a 2021, cuando ese mismo escáner ‘cazaba’ a 37 infractores al día. En total, 15.644 en todo un año.
Y, sin embargo, estas cifras palidecen en comparación con las que recogen las cámaras de La Marina. Porque, aunque todavía la Concejalía de Movilidad no cuenta con ningún radar activo, lleva años empleando sistemas digitales para sancionar: sobre todo, en el acceso a la avenida de Montoto, restringido a los vehículos de los vecinos y al transporte público desde el año 2017. A pesar de que está abundantemente señalizado, los conductores siguen circulando por esa zona. Son varias docenas cada día, según confirman fuentes de la Policía Local.
Por otra parte, en el mes de junio la Junta de Gobierno local de A Coruña aprobó el nuevo Mapa Estratégico de Ruido, una herramienta que sirve para diagnosticar el impacto de contaminación acústica que provoca el tráfico rodado y ferroviario, así como el ruido derivado de la actividad industrial. Este ejercicio se estiman en 64.000 las personas afectadas por la contaminación acústica. Una cifra, indicó Inés Rey, “muy por debajo del estudio anterior, del año 2016, cuando eran 173.000”. Las posibles causas de esta bajada, además de la implantación de la zona 30, podrían ser “las políticas de movilidad sostenible que ya se estaban implantando antes de la pandemia”. Por ello, la ampliación del carril bici y la expansión de BiciCoruña, así como el apoyo al uso del transporte público y la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, estarían detrás de la mejora en este asunto. El Mapa de Ruido estima también que, entre 2016 y 2023, el tráfico rodado en el interior de la ciudad se redujo en un 12%.