Hace poco más de un año, la alcaldesa, Inés Rey, lanzaba un ultimátum a los coruñeses: si para el 1 de marzo no habían bajado las infracciones por el exceso de velocidad, la Policía Local comenzaría a usar radares para multar. Diez meses después, estos escáneres siguen sin utilizarse, lo que demuestra que los coruñeses han cumplido en lo que a la norma vial se refiere, supuestamente.
En julio, mucho antes de que se conocieran estos datos, el Gobierno local instaló siete cajas de radares sancionadores, y adquirió dos cinemómetros donde instalarlos. Se encuentran en la periferia: Tercera Ronda (2), carretera de Baños de Arteixo, la avenida de A Pasaxe, la de Salgado Torres, la de Finisterre y Alfonso Molina (a la altura del IES Fernando Wirtz). Pero también instaló otros radares, llamados ‘pedagógicos’ porque no sancionan, tan solo registran: avenida de Alfonso Molina. Pedro Barrié de la Maza, la Habana, ronda de Camilo José Cela, A Sardiñeira, carretera de Eirís, Obradoiro, Juan Flórez, carretera de los Fuertes y ronda de Outeiro. Por el momento, siguen siendo los únicos que funcionan.