La procesión de La Borriquilla regresaba hoy, Domingo de Ramos, a las calles coruñesas tras dos años sin poder salir a causa de la pandemia.
Rodeada de una multitud de personas, la llamada procesión de los niños partía en la mañana de hoy de la iglesia de los Capuchinos y enfrentaba el primer tramo de Federico Tapia entre aplausos de los cientos de presentes en las calles y de los vecinos, desde sus balcones.
La banda de Astorga fue una de las encargadas de amenizar la mañana de hoy . La procesión siguió su curso hasta la plaza de Vigo, donde se procedió a la bendición de los ramos, producto que se multiplicaba hoy por las calles coruñesas, con personas vendiéndolos a las puertas de los templos.
Tras la bendición, el recorrido de la imagen de La Borriquilla continuó su curso por las calles del centro de la ciudad, antes de dar la vuelta y regresar a la iglesia de Federico Tapia.
El Domingo de Ramos continuó por la tarde con otra procesión, la del Ecce Homo Cautivo, que partió de la iglesia de la Orden Tercera, en la plaza de Carlos I.
El paso, organizado por la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro, realizó un recorrido lento por las calles del casco viejo coruñés, haciendo una parada en la plaza de Azcárraga.
Al igual que en la de la mañana, la procesión fue seguida por numerosas personas, que dieron así inicio a la primera de las ocho jornadas consecutivas con procesiones en la ciudad. Tras dos años de pandemia, los coruñeses quisieron retomar esta tradición, consolidando así su importancia para la ciudad.
En el área también salieron los pasos a la calle, como en el caso de Betanzos, donde desfilaron el de la Entrada de Jesús en Jerusalén y el del Niño en la Cruz.
Seguidos también por más centenares de personas, partieron de la iglesia de San Francisco, acompañados por la música de la Banda Naval Viveiro.