¿Qué es lo que relaciona a Simón Bolívar con Alfonso Rodríguez Castelao? Un célebre camino de A Coruña, utilizado a diario por centenares de personas, y que desde hace más de una década se ha convertido en un quebradero de cabeza para los ciudadanos, el Gobierno local y la oposición, e incluso para el Arzobispado de Santiago. Justo cuando parecía que el sueño de humanizarlo estaba a punto de hacerse realidad ha aparecido otra piedra en el camino. Y ésta parece erosionar de manera definitiva las esperanzas vecinales. “Nos hemos quedado con la sensación de que vamos a tener que esperar otros 13 años y estamos bastante enfadados”, afirma Fernando Carrillo, presidente de los vecinos de Los Rosales. “Han desviado el presupuesto para ajustar otros asuntos de urgencia, como también lo han hecho con el arreglo de la biblioteca o la Escuela Infantil”, añade. 

La intención de quienes llevan más de una década detrás de una solución es pasar a la acción, a tenor de una comunicación realizada durante el pasado mes de diciembre. “Habrá que pedirle a los Reyes Magos equipamiento para movilizarnos después de Navidad, pero antes de que tengamos que lamentar alguna desgracia personal”, advierten, en una línea muy semejante a la de las Casas de Franco o Agra dos Mallos, entre otras. 

Y es que la asociación vecinal de Los Rosales considera que, ahora mismo, existen pocas excusas para dar pasos al frente, toda vez que el terreno ya es de propiedad municipal. “Fue una promesa de la actual alcaldesa, tanto en 2019 como en 2023 y el proyecto, el presupuesto y la adjudicación estaban ya listos, hasta que en el último Pleno de noviembre se anuló pese a figurar en los presupuestos de 2024 y haber sido aprobado por mayoría de los tres partidos de la Corporación en junio”, recuerda. “Además, es un proyecto incluido en las negociaciones del BNG con el Gobierno, junto al arreglo de la calle Simón Bolívar”, prosigue el alegato de quienes han visto caer sus demandas con gobiernos de todos los colores.

Cambio de sensación 

Hace poco menos de un año, en marzo de 2024, este diario se hacía eco del optimismo con los que afrontaban el futuro los mismos protagonistas del escrito vecinal. Fue tras una reunión con la concejala de Infraestructuras, Nereida Canosa. “Lo que se hizo hace unos meses fue un relleno provisional, pero nos dijeron que lo dejarían en condiciones”, subrayaba la tesorera, Luisa Fernández. “Por fin, tendremos el asfaltado y la iluminación: nos prometieron que lo dejarían en condiciones y ya sólo pido que lo cumplan, sería mi regalo de cumpleaños”, suspiraba.

Quizás por eso de haber hecho público su deseo éste cobra menos visos de hacerse realidad. Al menos de momento.