A Coruña vive una mañana sumida en el caos por el apagón generalizado en toda España. Los comerciantes y los hosteleros han sido de los más afectados y, quienes pudieron, se vieron obligados a cerrar sus negocios. Pero no todos tuvieron esa opción y es que en sitios como en la calle Real o Espacio Coruña no podían ni bajar la verja al ser un sistema eléctrico.
En comercios como la Tahona de la plaza Lugo no tienen el horno para bollos y es que el apagón les pilló con las máquinas funcionando a pleno rendimiento. "Estamos mal, el pan que teníamos en el horno fue todo fuera y la pastelería sin refrigeración no la podemos vender. Estamos apuntando todo en un papel y cobrando lo más justo posible", contaba Ruth Frade. En ese momento llevaban aguantando una hora y media, pero veían el cierre cada vez más cerca.
Muchos negocios ni pudieron cobrar sus ventas, ya que los pagos con tarjeta tampoco funcionan. "Justo estaba yo cobrando y quedó la venta a media. No sé si se pudo hacer o no", relata Mila Agostiña, trabajadora de Permuferías Avenida. Algo parecido pasó en Muñeca de trapo, en Rosalía de Castro: "Nos pilló cobrando y esa la pudimos cobrar, pero la siguiente persona ya no pudo". Así lo cuenta Blanca Díaz en la puerta del comercio a la espera de si se recuperaba la luz. "Yo pensé que se me había bajado el diferencial, que no suele pasar, pero salimos a la calle y vimos a las chicas de enfrente igual", contó.
"Esto pinta mal, me da que va para largo y la gente ya se está poniendo pesimista", añadía Mila Agostiña. Y es que al parón en las ventas se unió el miedo de muchos dueños de negocios a robos. Fue el caso de un comercio de la plaza de Lugo, que no quiso revelar su nombre pues se encontraba "muy nerviosa" al no saber qué estaba pasando.
En la hostelería, muchos bares optaron por seguir funcionado a medio fuelle. Y es que podían sacar algunas comandas, aunque pocas pues no funcionaban las neveras ni las cocinas. Sin embargo, se pueden ver imágenes de terrazas llenas, muchos de ellos trabajadores que tuvieron que marcharse para casa ante la imposibilidad de trabajar.
"Nos hemos tenido que dejar de trabajar a la espera de que tengamos internet para poder seguir llamando", cuenta Ariana Castro. Trabaja en un comercio del Espacio Coruña, donde solo quedó abierto el Mercadona al contar con generadores independientes.
A la ciudad le toca seguir esperando a recuperar la normalidad, sin que hayan trascendido por el momento la causa del apagón. Las líneas móviles y los semáforos siguen sin funcionar pasado el mediodía.